Hablar en público sigue siendo una tarea pendiente para muchas personas. Para superar el miedo escénico en estas situaciones y que la ansiedad no eche a perder nuestro discurso debes confiar en ti, aprender técnicas de relajación y practicar una y otra vez en casa para conocer cuáles son tus puntos débiles.
¿Una vez que te toca hablar para un público en un escenario sientes escalofrios y tu cerebro deja de funcionar? Es algo muy común y no debes preocuparte por ello ya que tiene solución y se pueden superar las reacciones típicas como los sudores, el olvido de las ideas que deberías decir, la voz seca o si tartamudeas.
Consejos para vencer el miedo escénico
Una buena preparación es fundametal para vencer el miedo escénico. Si sabes que te cuesta hablar en público, te recomendamos que practiques en casa el tiempo que sea necesario, puedes hacerlo delante de tus amigos o familia, o sola en la habitación para que seas consciente de cómo actúas y puedas corregir posibles fallos.


Una forma de ganar seguridad en ti misma y de que no te traicione el miedo escénico es cuidar tus gestos delante de un espejo y mirar cómo te mueves y cómo hablas. Si consigues confiar en ti y creer que puedes hacerlo, como debe de ser, tendrás seguridad, y más tranquilidad por lo que no tendrás problemas para hablar en público o, al menos, podrás mejorarlo.


El trabajo y el ensayo es fundamental para que lo puedas llevar de la mejor manera posible. Cuando preparas un texto, te recomendamos que tengas en mente diferentes formas de decir las mismas palabras o frases para estar preparada de cara a una posible improvisación.
Debes de concentrarte en lo que quieres transmitir, en tu trabajo, y para ello es mejor que te olvides de la audiencia y de lo que pueda pensar. Es un punto complicado pero debes de actuar como si estuvieras en casa en frente del espejo o de tus conocidos. De todas maneras, antes de dar un discurso, ¡respira profundamente y lleva a cabo técnicas de relajación!


La actitud es fundamental, si es positiva, los demás lo notarán y lograrás conectar mejor con el público. Esto es fundamental también para que te sientas segura mientrás actúas en un escenario o das una conferencia. Piensa en lo que quieres conseguir y esfuérzate por conseguirlo. El miedo escénico no desaparece de la noche a la mañana pues es necesario emplear estas técnicas y trabajar duro en ello.
Otra práctica que puedes tener en cuenta para superar el miedo escénico es observar a un orador que te guste, captar la esencia de sus palabras, entonaciones, argumentos y gestos para tomarlos como referencia e intentar imitarlo pero contextualizando con tu presentación ¡Te puede ayudar mucho a la hora de hablar!
También debes de pensar que el trabajo no es perfecto. Cuando una persona se prepara para un acontecimiento de este tipo tiende a anhelar en su mente lo que desearía hacer para que todo fuera perfecto y se olvida, a veces, de lo que importa realmente. Nunca te obsesiones con tener resultados perfectos pues de ser así es más fácil que te invada el estrés y la ansiedad. No somos juzgados por imágenes individuales, suele ser por el conjunto entero.


Debes de tener el cuenta que el público no es un lobo hambriento que te vaya a comer. Tan solo debes de pensar en cuál es tu función en la exposición que tengas que hacer y debes de tener en cuenta lo que el público necesita y quiere escuchar. Por lo general, el miedo escénico viene motivado por la incertidumbre de si le gustaremos o no al público y cual será su reacción. Debes de entender que la respuesta del público es imprevisible, no podemos anticiparnos a ella y cuanto menos pienses en este aspecto mejor.