La leche se erige como uno de los pilares fundamentales en la alimentación de los niños durante los primeros años de vida. Los expertos recomiendan tomar dos vasos de leche al día de unos 500 ml. No obstante, la leche de vaca no es nutricionalmente equilibrada al presentar una serie de deficiencias que pueden cubrir las leches de crecimiento. En estos casos se reemplaza la grasa láctea por aceites vegetales, además de ajustarse al contenido de proteínas, minerales y vitaminas.
Están enriquecidas con 13 vitaminas para cubrir los requerimientos específicos de los niños a partir del año de edad, todo ello por no hablar de que cuentan con minerales como el hierro que ayudan al desarrollo cognitivo normal. Este tipo de leche no aporta un exceso de proteínas, sino la cantidad adecuada para los niños.
" La leche materna es la mejor para los bebés. El profesional de la salud indicará el momento apropiado para la introducción de los nuevos alimentos"