

Se dice que es fácil saber si alguien es verdaderamente tóxico, pero lo cierto es que este problema no siempre da la cara a la primera. Muchas veces podemos confundirnos, pensar que esa persona tóxica en cuestión está pasando por un mal momento y que ya cambiará su estado de ánimo, algo que nunca ocurre. De esa forma nos vemos inmersos en una relación dañina de la que es muy difícil escapar.
Tipos de personas tóxicas
A lo largo de los años, los expertos han investigado sobre este asunto y han sacado en claro que existen muchos tipos de personas tóxicas. Aquí nombramos algunos de ellos:
• El quejica: siempre encuentra un motivo para quejarse, tanto si las cosas le van mal, como si le van bien. Es ese tipo de individuo que nunca está conforme con lo que tiene, que no para de protestar porque no tiene la vida que quiere, pero tampoco hace nada para cambiarla, desaprovechando las oportunidades que se le ofrecen.


No saben ser felices, ni se molestan por intentarlo, porque para ellos es más cómodo continuar en ese estado y tratar de inspirar lástima en los demás. Si no consiguen palabras de compasión por parte de las personas de su entorno, reaccionan con ira.
• El manipulador: lucha por manipular los sentimientos y pensamientos de los demás en su propio beneficio, y si tiene que mentir para ello, lo hará. Sólo mira por sus intereses, y una vez que una persona deja de serle “útil”, no duda en desecharlo.
• El envidioso: se compara continuamente con los demás y se considera inferior a ellos, lo que le produce frustración y angustia. Trata de calmar estos sentimientos negativos descalificándolos y resaltando exageradamente sus defectos.
• La víctima: su forma de atraer la atención de los demás es presentándose como la eterna víctima, culpando a todo el mundo de sus problemas. De esa forma hace que sea difícil cortar la relación con él.
• El controlador: es tremendamente inseguro y lo compensa controlando la vida de los otros, reclamando su atención las 24 horas y reprochándoles continuamente que no estén al 100% a su disposición.
• El agresivo: es intimidante y violento. Pretende conseguir lo que quiere a través de agresividad física y verbal, escondiendo muchas veces una personalidad insegura. Este tipo de personas tóxicas son capaces de dañar muy gravemente a aquellos que quieran ayudarlas.


Todos estos casos tienen varios rasgos en común, y es que crean sensaciones muy desagradables en quienes entablan alguna relación con ellos. Los que tienen que soportar estas actitudes día a día se sienten desgastados, malhumorados, sin energía y sin positividad.
Cómo identificar a una persona tóxica
Podemos reconocer o identificar a una persona tóxica observando sus conversaciones. Por ejemplo, estas personas suelen centrar los diálogos en sus problemas, dando de lado o minimizando los de los demás. Ellos piensan que su vida es peor que la del resto, y que por tanto tienen más derecho a quejarse.
Otra característica muy típica de estas personas es que no aceptan críticas. Son testarudos, inflexibles, y muchas veces intolerantes, y rechazan cualquier teoría que contradiga sus ideas. Quieren llevar siempre la razón, y pueden mostrarse incluso agresivos frente a todos aquellos que quieran “robársela”.
Sin embargo, tampoco podemos hablar de “personas tóxicas”, sino más bien de “actitudes tóxicas”, ya que lo que unos no soportan puede ser totalmente aceptado por otros. En todo caso, si existe una persona tóxica en nuestra vida que nos causa este malestar, lo mejor será poner remedio.
Sería ideal poder evitar a estas personas tóxicas, pero a veces pertenecen a nuestra familia o a nuestro entorno laboral, y no nos queda más remedio que afrontarlo. En estos casos debemos, principalmente, poner límites, no permitir que absorban nuestra energía con su negatividad y que no nos hagan sentir culpables de sus problemas.


El sentido del humor también nos ayudará a sobrellevar esta carga, así como ignorarles cuando traten de llevarnos a su terreno. Aunque a veces lo mejor es hablar con ellos y dejarles claro que no van a conseguir lo que quieren. Es muy importante para ello, que no les dejemos entrar en nuestra intimidad.
Por regla general, la “persona tóxica” es la última en reconocer sus errores, por lo que si este tipo de problemas son frecuentes en nuestro entorno debemos cuestionarnos si somos nosotros los que ahuyentamos a los demás. Sólo así lograremos ver la realidad y cambiar todo aquello necesario para mejorar nuestras relaciones sociales.
Como saber cuando no ay amor en una pareja