

El primer paso para lograr que estas críticas no te afecten está en descubrir su por qué. Y es que la frustración de estos individuos, sus celos, la envidia, el ansia por ser reconocidos y sentirse superiores a los demás, les llevan a descargar su rabia sobre su entorno. Actúan sobre una premisa: hacer sentir mal al que está al lado para encontrarse ellos bien; tienen la fuerte necesidad de demostrar su superioridad ante el resto, y creen que la única manera de conseguirlo es pisotear al que consideran más débil.
Es lógico que esto despierte nuestra ira o, por el contrario, nos deprima. Sin embargo, debes pensar que esta forma de actuar es propia de una persona infeliz, digna de compadecer, pues si se comporta así no logrará más que alejar a todo aquel que trate de acercarse a ella. Partiendo de esta base, desecha el sentimiento de autocompasión que puedas sentir y vuélcalo en ella.
Lo ideal sería alejarnos de todo aquel que nos critica, pero no siempre es posible, dado que no podemos cambiar nuestros compañeros de trabajo y familiares a nuestro antojo. Por ello, lo más recomendable es armarse de paciencia y hacer caso omiso a sus comentarios. No te enfades, no merece la pena discutir con gente incapaz de respetar a los demás; ellos nunca van a cambiar su posición, mientras que tú sí estás capacitado para adoptar una actitud segura y optimista.
El sentido del humor te ayudará en este propósito. No te tomes en serio los comentarios negativos, piensa que si te critican a ti seguramente criticarán a muchos más; el problema no eres tú, son ellos. También es recomendable hablar con algún amigo tras una situación desagradable, para poder así quitarle importancia.
No lograrás fortalecerte ante estos comentarios rápidamente, pues este cambio de actitud requiere algo de tiempo. Pero si sigues estos consejos y aumentas tu autoconfianza lograrás mantenerte firme e impasible frente a sus ataques, que acabarán por ser inútiles.