

Esto se debe a la idealización que sentimos hacia la persona amada, especialmente habitual entre aquellas que tienen una autoestima muy baja. Sin embargo, con el paso del tiempo es inevitable que toda idealización se quiebre, lo cual trae consigo una pérdida de confianza en que la relación pueda funcionar.
Aunque el amor y el cariño estén presentes en todo momento, es muy fácil dudar de nuestra pareja, incluso sin tener razones para hacerlo. Revisar constantemente el teléfono móvil de tu novio o su cuenta en redes sociales, necesitar que esté pendiente de ti y saber dónde está y qué está haciendo en todo momento… Estas actitudes indican un problema de autoconfianza y seguridad en ti misma que te hará sentir rechazada por los demás en muchas ocasiones.
Si este fuera tu caso, deberás trabajar duro para aumentar y reforzar tu autoestima, a la vez que mejoras la comunicación con tu pareja. Mantener una buena comunicación es un factor esencial en toda relación. Si hay algo que no te agrada, o piensas que no funciona como debería, háblalo con él, exprésale tus dudas y sentimientos abiertamente para que podáis solucionarlo entre los dos.
Si por el contrario la causa de tu desconfianza estuviera justificada por una infidelidad, deberás preguntarte lo siguiente: ¿estoy decidida a perdonarle?, ¿podré volver a confiar en él?; una respuesta negativa a estas dos cuestiones significará sin duda el fin del noviazgo, ya que habréis perdido el respeto y la seguridad entre vosotros, y de esta forma, las probabilidades de volver a establecer una relación sana serán casi nulas.