

Hay ocasiones en las que el amor junta a dos personas que, verdaderamente, no se aportan nada positivo. Una relación debe hacernos crecer como personas y nunca limitarnos en nuestros progresos. Hay tipos de personalidades que, por fuerza, no encajan.
Aunque se quieran hasta lo más profundo será un largo y empinado camino lograr limar las asperezas. Muy a menudo, no lo logran. Esto lo que representarían las relaciones tóxicas.
Estas parejas tóxicas jamás deberían mantener relación
Resumimos en las próximas líneas las parejas tóxicas que jamás deberían mantener una relación si realmente quieres curarse en salud.
-Un ególatra y un manipulador: Un ególatra es una persona que siente una admiración excesiva por sí mismo. Tienen necesidad de ser alabados por sus logros de forma continua y suelen ser poco empáticos. El manipulador es mentiroso y suele recrearse en sus mentiras. Ante una infidelidad por parte del manipulador o que el ególatra percibiera que está siendo engañado tendríamos un desaguisado irreparable.
-Un sociópata y una persona común: Un sociópata sufre un trastorno de personalidad antisocial que hace que los que la padecen no les den importancia a las normas de convivencia social. Son personas que caen en la violencia con facilidad y se estima que el 1% de la población mundial sufre de este trastorno. Aquél que cae enamorado de un sociópata corre el riesgo de arriesgar su salud física y emocional.
-Obsesos del control: Las parejas tóxicas formadas por dos personas obsesionadas con el control son un cóctel explosivo que difícilmente podrá ser solucionado. Son dos personas que poseen un irrefrenable deseo de controlar el comportamiento de los demás. Se dan situaciones en que muestran ese comportamiento en momentos concretos. Ambas personas son tan similares que lucharán por hacerse con el control de la pareja.
-Pasivo-agresivo y un obseso del control: Los pasivo-agresivos acumulan ira en su fuero interno hasta que no son capaces de albergar tanta rabia. ¡Son parejas tóxicas nada recomendables! Es entonces cuando expulsan todos sus sentimientos negativos. Imaginemos a una persona obsesionada con dominarlo todo y a otra persona que calla y aguanta hasta que explota.
-Débil emocional y un arrogante: Esta situación sentimental suele asociarse con el síndrome de Cenicienta. La creencia de que existe un príncipe azul que alejará al débil emocional de los problemas y le proporcionará la máxima felicidad es lo que caracteriza a las personas con este síndrome. Si se encuentra con alguien arrogante, con cierto nivel económico, que le haga sentir seguro se enfrentará a la pérdida de su identidad y del control de su propia existencia.
¿Qué os parece esta información relativa a las parejas tóxicas y los tipos de personalidades que nunca deberían juntarse para mantener una relación?