

El cambio automático tiene muchas ventajas y algún que otro inconveniente. Desde cosas de mujer te intentaremos ayudar a elegir.
En contra del cambio automático:
- Puede gastar más: los modelos más clásicos si ven penalizado el consumo, sin embargo los de última generación con doble embrague, pueden ser incluso más ahorradores y, sobre todo, mucho menos contaminantes. La diferencia entre un automático que consume más y un manual no supera 1 litro de combustible por cada 100 kilómetros recorridos.
- Esta versión es más cara: la diferencia de llevar cambio automático a no llevarlo se mueve entre 1.000 y 3.000 euros (un 5% del precio final), pero esta cantidad se puede amortizar si elegimos un modelo que consuma menos.
- En algunas ocasiones es poco preciso: si te gusta pisar el acelerador, sobre todo en el caso de los automáticos convencionales, puedes penalizar el consumo, ya que en ocasiones el cambio no responde de forma rápida a tus ordenes.
A favor del cambio automático:
- La comodidad: piensa que no tienes que pisar el embrague ni accionar la palanca, con lo cual la conducción resulta muy confortable. Ideal para conducir por la ciudad. También es muy recomendable para los 4 x 4 cuando circulan mucho por fuera del asfalto, la conducción off road castiga en exceso el embrague.
- Seguridad: toda tu atención se centra en la carretera y además no puedes equivocarte a la hora de meter una marcha, algo bastante habitual con un cambio manual.
- No se cala: el motor no se te calará nunca, ni subiendo esas empinadas cuestas de tu pueblo se irá hacia atrás el coche.
Si te sobra el dinero y te compras un deportivo de alta gama con cambio automático podrás disfrutar de transmisiones más rápidas e inteligentes, en las que solo con apretar un botón el coche se configura para adaptarse a tu conducción. Este tipo de vehículos están equipados con cambios ultrarápidos capaces de efectuar un cambio de marcha en 0,2 segundos.
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