

Pero el tiempo pasa e, inevitablemente, surgen los conflictos. Entonces no basta con los recuerdos, sino que ambos miembros de la pareja deberán luchar por sacar adelante su vida en común. Y para lograr este objetivo hay que tener en cuenta varios aspectos.
Entre ellos, el más importante es la comunicación y la empatía con el otro. Muchos problemas de pareja vienen dados por una falta de entendimiento; ambos necesitan hacer saber a la otra persona sus deseos, metas y gustos, y aprender a explicar y a escuchar todo aquello que sea necesario, sin censuras ni juicios. Debe aplicarse esta teoría a la hora de las discusiones, pues es un error muy frecuente llegar a las ofensas y a las malas maneras, cuando lo realmente conveniente es aprender a explicar y justificar aquello con lo que no estás de acuerdo.
La rutina es uno de los grandes enemigos de una relación. Para evitarla lo mejor es cuidar los detalles, las sorpresas… Algo tan sencillo como un desayuno en la cama o unas palabras de cariño son el cimiento que consolidará día a día la unión.
Y ambos deberán contribuir en estas muestras de amor, pues es importante que exista un equilibrio entre el esfuerzo invertido por los dos. En esta balanza se incluyen los sentimientos, el apoyo, la confianza, el respeto y la sensibilidad; mostrar respeto por tu pareja es la base que hará que la relación funcione.
Por último, es imprescindible que existan unos gustos comunes y unos objetivos compartidos. La manera de lograrlo es establecer una amistad sincera y profunda con el otro, psicológica, física y emocional. De esta forma será más fácil mejorar el estado de nuestra relación de pareja y disfrutar de ella al máximo.