El grado de madurez, necesario para el bienestar de la pareja, estará determinado por el carácter individual de cada miembro de la misma, por lo que no podemos hablar de unas reglas concretas que nos indiquen que lo hemos alcanzado. Pero sí podemos establecer algunas conductas básicas que determinan un nivel de madurez adecuado para la perdurabilidad de una relación amorosa.
Una comunicación abierta y sana es el pilar fundamental de una relación madura. Expresar sinceramente nuestros sentimientos sin ningún miedo o pudor es señal de confianza. De la misma forma escuchar al otro con comprensión y paciencia también es un síntoma positivo y un signo de respeto. Esto ayudará igualmente a conocerse en profundidad el uno al otro.
Es importante también reservar un espacio propio para cada uno. Sacar tiempo para uno mismo y respetar que el otro lo haga sin celos o recriminaciones es una de las claves del éxito en una pareja, pues se dice que la situación ideal en una relación incluye tres vidas distintas: las dos individuales para cada uno y una tercera que compartan en común.
La madurez es posible cuando ambos tenéis claros vuestros sentimientos y compartís un proyecto de vida en común. La influencia de terceras personas no tiene por qué dañaros si sabéis qué es lo que queréis exactamente para ser felices y confiáis en que entre los dos podréis conseguirlo.
Si tienes confianza plena en tu pareja y ella en ti, si el amor y el cariño siguen vivos a pesar del paso de los años, si disfrutáis del tiempo que pasáis juntos y vuestros planes son compatibles, podrás decir con seguridad que tienes una relación madura y sana con un gran futuro por delante.
como hace que la pareja yas no piense que uno no es un inmaduro?’