Cómo recuperarse tras una decepción amorosa

9 marzo 2013 | Por Raquel

Cuando nos rompen el corazón tenemos la sensación de que no lograremos sobreponernos jamás del golpe. Sentimos un dolor intenso que nos hace creer que no podremos seguir viviendo sin esa persona a la que tanto queremos, y que nunca volveremos a amar.

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Todo esto forma parte de una reacción lógica que tiene lugar cuando sufrimos una decepción amorosa. La buena noticia es que se trata de un malestar pasajero que requiere algo de tiempo para desaparecer, pues no podemos pretender recuperarnos de la noche a la mañana. Sin embargo, sí podemos llevar a cabo algunas técnicas que nos ayuden a llevar este procedimiento de una forma menos dolorosa. Uno de los recursos más aconsejables es hablarlo, desahogarse con alguien en quien se confíe y en quien apoyarse en estos duros momentos. Un buen amigo o amiga sabrá cómo hacer que nos sintamos mejor, y evitar que nos encontremos solos tras el abandono. Tras este desahogo inicial, deberemos continuar con nuestra vida diaria con la mayor normalidad posible; eso sí, realizando algunas modificaciones. Por ejemplo, es muy recomendable borrar cualquier tipo de contacto con aquella persona que dañó nuestros sentimientos. Será mejor eliminarla de las redes sociales e incluso cambiar nuestro número de teléfono, a fin de evitar tener noticias sobre ella. Una vez hecho esto, podemos retomar nuestra rutina, a pesar de que al principio nos resulte complicado. Un error muy común es culparse de lo sucedido, pero lo cierto es que una ruptura es cosa de dos, y si fue el otro quien tomó la decisión de dejar la relación es porque fue el primero en rendirse. No merece la pena lamentarse por algo que ya no tiene solución; ahora es cuando hay que armarse de voluntad y salir a buscar una nueva vida. Para ello, será muy útil buscar nuevas aficiones y lugares. De esta forma no sólo conseguirás mantener la mente ocupada, sino también entablar nuevas amistades y conocer gente, entre la que puede encontrarse el amor definitivo. Y es que jamás hay que cerrarse las puertas a futuras relaciones a causa de malas experiencias, pues cada persona es completamente distinta y no tiene por qué volver a ocurrir lo mismo. Fuente Imagen por Mitya Kuznetsov

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