Cómo aprender a decir no
19 diciembre 2012 | Por Raquel
A la gran mayoría de las personas nos cuesta demasiado rechazar las peticiones y propuestas que nos hacen los demás. Tememos provocar el enfado del otro, anteponiendo sus deseos a los nuestros. Esta actitud, tan común como nociva, nos perjudica hasta el punto de minar nuestra autoconfianza y respeto a quiénes somos.
El primer paso para aprender a decir no sin sentirnos egoístas por ello, es darnos cuenta de que estos pensamientos de culpabilidad los creamos nosotros mismos y que aquellos que tenemos a nuestro alrededor no nos ven así. Es cierto que la otra persona puede reaccionar de forma desagradable ante nuestra negativa, pero también lo es el hecho de que normalmente se respeta más a quien se mantiene firme y muestra su carácter que a las personas fáciles de dominar. Es importante que sepas que decir “no” es un derecho que todos tenemos. Si consideras injusta una petición, o simplemente sientes que es algo que ni es tu responsabilidad ni deseas hacer, es totalmente lícito que la rechaces. No debemos dejar que la otra persona trate de manipularnos con chantajes emocionales o amenazas, pues alguien así no merece la pena, y a la larga será muy beneficioso para nosotros saber poner límites a los demás. La mejor manera hacerlo es de forma tranquila, firme y sin demasiadas explicaciones; cuanto más sencillo lo hagamos, daremos lugar a menos preguntas por parte del otro. Además, de esta forma tan sólo conseguirás restar peso a tus argumentos y demostrar inseguridad respecto a tu decisión. Si prefieres suavizar un poco tu respuesta, puedes proporcionar alguna alternativa que convenza a ambas partes. Muchas veces se confunde egoísmo con el derecho a vivir nuestra propia vida, tomando nuestras decisiones y aceptando sus consecuencias, ya sean malas o buenas. Pero, ¿cómo saber si aquello que te están pidiendo es justo? ¿Cómo saber si deberías aceptarlo? Una forma de averiguarlo es dejarte llevar por tu propia intuición, pues hacer un sacrificio para ayudar a alguien que verdaderamente lo necesita y a quien quieres te hará sentir mejor. Por el contrario, si sientes que esa persona no merece tu tiempo y esfuerzo, no temas rechazarla. En conclusión, decir “no” es evitar situaciones que de alguna forma u otra nos perjudican, y luchar por hacer que los demás respeten nuestros deseos. Sólo así tendremos las fuerzas suficientes para alcanzar nuestras metas. Fuente Imagen por teresatrimm