A pesar de lo que se pueda creer, mantener la fidelidad en la pareja es posible, y mucho más sencillo de lo que pueda parecer, aunque conlleva necesariamente un esfuerzo por parte de ambas partes de la relación.


Para empezar, hay que decir que el miedo a que nos sean infieles tiene mucho que ver con la relación que hayamos visto entre nuestros padres. Una convivencia desagradable puede hacer mella en los hijos y en sus futuras relaciones, causándoles una inseguridad que afectará a su autoestima. De esta forma trasladarán las experiencias vividas en el matrimonio de sus padres a sus propias relaciones, creando una predisposición a la inseguridad, los celos y a la propia infidelidad.
Sin embargo, esta teoría, apoyada por algunos expertos, no significa una verdad universal que pueda aplicarse a todas las relaciones y, por supuesto, no es válida como justificación de una aventura. Cada pareja es única y requiere una psicología distinta, pero, también es cierto, que existen ciertas claves básicas para evitar la infidelidad y que pueden servir de utilidad a la mayoría de las parejas.
Para ser infiel tan solo se necesita un poco de seducción y falta de autocontrol. Es posible que nuestra pareja se sienta atraída por otra persona e incitada a tener una aventura con ella, y sólo podemos evitarlo en la medida en que establezcamos un vínculo de respeto y confianza con el otro. Para ello es imprescindible mantener una comunicación honesta y frecuente con nuestra pareja. No deben existir tabúes entre los dos. Dedicar tiempo a hablar, escuchar y recordar buenos momentos fortalece la relación y, en consecuencia, disminuyen las posibilidades de engaño.
Es igualmente necesario establecer una cierta independencia y autonomía entre ambos miembros de la relación. Muchas veces la infidelidad es síntoma de una situación de excesivo apego en la pareja, una especie de rebelión por parte de aquél que se siente agobiado. La opresión causa las mismas consecuencias que el abandono y descuido de la pareja: la desconfianza, la incomunicación y la debilidad de la relación, aumentan las posibilidades de engaño. Es importante tener en cuenta que iniciar una vida en común no significa suprimir la vida del otro.
No existe un método milagroso para impedir que nos sean infieles. Tanto nosotros mismos como nuestras parejas debemos tener siempre presente que la tentación es difícil de evitar y que mantenernos fieles conlleva un esfuerzo importante y, por supuesto, autodominio. Debemos cuidar la relación, alcanzar un nivel de comunicación sincera y respeto por las necesidades del otro. Esto es imprescindible para el bienestar en la pareja y ésta es la clave para que ninguno de los dos se vea tentado a buscar en otros lo que no encuentra en la persona que tiene al lado.
¿Y tú?, ¿has sido infiel a tu pareja o, por el contrario, la persona que está a tu lado ha roto la fidelidad que os prometisteis?, ¿perdonarías una infidelidad?, ¿a qué crees que se deben estos engaños en la pareja?, comparte tu experiencia en este espacio enviándonos un comentario al final de este artículo. Tu opinión cuenta.
Fuente Imagen por Relaciones Ocasionales
pues yo fui infiel algunas veces, pero conocí el amor verdadero y hasta ahora no lo he sido con mi pareja…