Su eficacia es de tres semanas en las que el anillo debe permanecer en el fondo de la vagina para ser efectivo, al cabo de este tiempo se retira y a continuación se produce la menstruación. Al igual que la píldora anticonceptiva es un dispositivo hormonal, que libera hormonas solo en los vasos sanguíneos del útero, por lo que produce menos efectos secundarios que la píldora, al no distribuir los estrógenos del estomago directamente a la sangre.
A la hora de utilizarlo hay que tener en cuenta que su utilización produce más flujo vaginal, lo que puede provocar ligeras irritaciones o reglas irregulares.
Se han realizado numerosos estudios en los que se demuestra que el anillo vaginal es igual de efectivo y de tolerable que la píldora anticonceptiva.
El anillo vaginal es utilizado fundamentalmente por mujeres de entre veinticinco y cuarenta y cinco años, con una relación sentimental estable y que después de consumir habitualmente la píldora anticonceptiva la han dejado por los efectos secundarios y por la incomodidad a la hora de tomarla.
Este método anticonceptivo no esta recomendado a mujeres que hayan sufrido una trombosis venosa profunda, si son fumadoras habituales o tienen problemas graves de coagulación sanguínea.
No previene de las enfermedades de transmisión sexual, aunque en la actualidad los investigadores están trabajando en el desarrollo de un anillo vaginal que contendría medicamentos antirretrovirales para evitar el contagio por el virus del sida.