

- Debemos cuidarnos y proteger la vida. El tesoro más valioso que existe. Cuidémonos de exponernos a situaciones de riesgo (físico o psíquico) que puedan poner en peligro nuestra humanidad. Tengamos un control médico preventivo de nuestra salud femenina. Recuerda que una enfermedad diagnosticada a tiempo tiene más probabilidades de ser curada.
- La muerte es un proceso natural. Toda forma de vida cumple este círculo y es lo que se llama el ciclo vital o ciclo de la vida.
- Cada día, tengamos una existencia plena, motivada, llena de coraje y mucho amor, así podremos tener paz en nuestro corazón.
- Si padecemos una enfermedad definitiva, intentemos compartir al máximo con nuestros seres queridos, darles lo mejor de nosotros y mucho agradecimiento por su compañía, para así dejar recuerdos de amor.
- Si nos enfrentamos a la enfermedad terminal de un ser querido, apoyémosle en este proceso e intentemos llevar alegría, para que su vida tenga un final digno.
- Si hemos vivido la separación traumática (accidente) de una persona allegada o familiar, estaremos en un estado de shock. Es importante buscar ayuda profesional y tener la compañía de nuestros familiares o amigos más cercanos.
- No permitamos que la vida agitada de las ciudades nos envuelva en su torbellino. Estemos en contacto con la naturaleza. Los paseos por espacios naturales sintonizan nuestra mente y nuestro espíritu con el ritmo natural del universo...entontes entendemos que somos uno solo. Salgamos en familia.
- Nuestra misión como mujeres es ser felices y ser portadoras de vida. Compartamos momentos de calidad con nuestros seres queridos y terminemos el día sabiendo que hemos hecho algo bueno para nosotros y los demás.
- Las sensaciones de tristeza y angustia al pensar en la muerte se deben, muchas veces, a que nos imaginamos sensaciones propias de cuando estamos vivos. La realidad es que nuestro organismo deja de existir de la forma como lo conocemos y pasa a cumplir otras funciones en la naturaleza.
- Luchar con la tristeza de la pérdida de un ser querido, se hace mejor en familia y con las personas allegadas a él o ella. Suma tus fuerzas y te será menos traumática la aceptación del hecho inevitable.
- Transmitir este concepto a los niños debe ser llevado con mucha calma y sin generar angustias. Según sea la situación es importante explicarles lo que ha sucedido y estar muy cerca de ellos, ya que según sea la relación con la persona que haya faltado se recomienda ayuda psicológica.
- Las oraciones y/o meditaciones personales (sea cual sea la posición religiosa) ayudan mucho porque nos vinculan con nuestro propio yo y nos dan tranquilidad y paz interior.