Múltiples teorías psicológicas se utilizan para estudiar y tratar clínicamente a las personas cuando hemos vivido situaciones que rompen este equilibrio y que representan un antes y un después en nuestras personalidades.

La verdad es que por la simple razón de que existimos, estamos a merced de situaciones que nos pueden causar un profundo sufrimiento mental que puede prolongarse en el tiempo. Y por más que nos digan que todo pasará y que la situación cambiará, nuestros corazones afligidos no sienten, en ese momento, la más mínima esperanza.
El ser humano es capaz de activar diversos mecanismos psíquicos para convivir con los sentimientos que nos producen los recuerdos de hechos traumáticos pero, algunas veces estas sensaciones se apoderan de nuestra cotidianeidad y nos convierten en seres con una vida quebrada y llevada por la inercia. Minados con una gran angustia emocional. Con la autoestima por los suelos. Nacen los traumas. Hoy reflexionaremos sobre los traumas psíquicos.
Las mujeres solemos tener sentimientos encontrados e instigantes característicos de la feminidad. La sensibilidad, requerida para la maternidad, impregna todos los aspectos de nuestra vida aunque no seamos madres y nos revuelve constantemente nuestro mundo interior.
Las relaciones de amistad y amor con la familia, los compañeros, la pareja, los hijos y demás que nos rodean nos permiten compartir espacios de acción y pensamiento. De hecho son lazos fundamentales para sentirnos parte de un todo. También es de estas relaciones donde surgen los grandes problemas que nos aquejan y nos deprimen, nos entristecen y nos devoran por dentro la tranquilidad y la armonía.
Es decir, que todos estamos expuestos a experimentar situaciones traumáticas que causan un revés a nuestra vida y es ahí cuando nos sentimos en el fondo de un pozo sin fondo. Pero también es en estos momentos cuando debemos desarrollar nuestra fortaleza interior y aferrarnos a algo que nos permita continuar.

La frustración es una de las principales sensaciones que nos producen este desasosiego. Nos limita el pensamiento positivo, la acción creativa y la conversación esperanzadora. El habernos fijado una meta de cualquier índole, ya sea de relaciones personales, trabajo, estudios, salud, bienestar en general, afectiva, etc. y vernos en la situación de tener que abandonarla o de que ciertos factores han influido para su desaparición, nos llena de una terrible angustia que pareciera poner fin a nuestra razón de ser. También podemos estar traumatizadas por algo que creemos que sucedió y no fue así.
Ahora bien, ¿Qué podemos hacer cuando nuestra vida se ve inmersa en estas circunstancias? Lo primero y más importante es alimentar el deseo de seguir adelante. Aquí yace la raíz de un nuevo comienzo.
No debemos negar los pensamientos, ni las situaciones adversas; más bien, es indispensable que asumamos estos hechos como parte de nuestra vida y nos dispongamos firmemente a asimilarlos con la mayor tranquilidad y calma posible.
Esta tranquilidad no tiene nada que ver con la resignación religiosa. Estamos hablando de una tranquilidad activa. Una tranquilidad en la cual internalizamos las circunstancias y aprendemos a sobrellevar los efectos de los recuerdos. Nada ni nadie debe controlar nuestras vidas. ¡Nosotras tenemos el poder para cambiar y transformar lo que sea necesario!

A la vez que alimentamos este deseo, es vital trazarnos una visión de futuro, es decir, visualizar en nuestro interior el tipo de vida que nos hará feliz. Teniendo esta visión clara, es muy recomendable buscar la ayuda de un profesional de salud mental para que nos facilite las herramientas conductuales que necesitamos para enfrentar la vida diaria.
De la misma manera no olvidemos cuidar aspectos tales como: nuestras horas de descanso, actividades sanas en tiempo de ocio, relacionarnos con personas que nos aporten esperanza y alegría, fijarnos pequeños objetivos e ir lográndolos a nuestro propio ritmo, permitir que la gente que nos quiera, se nos acerque. Una alimentación balanceada y el ejercicio físico serán dos aspectos básicos para nuestra recuperación. Recuerda pensar siempre en que mucha gente que te rodea se sentirá animada y podrá sentir esperanza también en su vida si tú eres su ejemplo de superación.
Con estas sencillas recomendaciones y las que te de tu especialista, podrás ir superando el pasado y creando un nuevo futuro brillante y enriquecedor para tí y para las personas que comparten tu día a día.
Contenidos relacionados
- Aprende a superar tu timidez
Todos hemos sentido alguna vez en mayor o menor medida una sensación de inseguridad y de incapacidad para enfrentarnos a ciertas situaciones sociales. Esta sensación que nos hace avergonzarnos de nosotros mismos, nos impide relacionarnos con los demás de la forma en la que verdad nos gustaría por miedo a no agradar a todo el mundo. La persona tímida se muestra excesivamente cautelosa en sus relaciones con los otros porque teme no ser aceptada, y por ello intenta evitar siempre que puede relacionarse con personas que no son de su entorno habitual, reduciendo en gran parte su vida social. Esta timidez se convierte en fobia social cuando impide que la persona desarrolle su vida con normalidad, como por ejemplo evitar cualquier trabajo que requiera el trato directo con muchas personas. Como vencer la timidez Para enfrentarte a tu timidez y tratar de vencerla, lo primero que debes hacer es salir más, y todavía mejor si lo haces sin compañía. Salir sola te obligará a interactuar con gente que no conoces sin escudarte en las personas que te acompañen. También deberás aprender a perder el miedo a hablar y relacionarte más. Para ello es muy útil que...
- Consejos para superar un divorcio
Aunque nos resulte doloroso, e incluso a veces nos neguemos a aceptarlo, el matrimonio puede alcanzar un punto de malestar sin retorno que tiene una única solución: el divorcio. Se trata de una etapa muy compleja que siempre requiere un proceso de duelo difícil de superar. Cuando el amor se acaba, el divorcio es la única alternativa para liberarse de la negatividad y tener así la oportunidad de ser felices con nosotros mismos o junto a otra persona. Sin embargo, no debemos pensar en la separación como un método mágico; tanto si eres tú quien ha decidido cortar la relación como si ha sido tu pareja, sobreponerse al duelo será complicado. En este aspecto es necesario aclarar que estamos hablando de una relación de cariño y respeto hacia el otro, con ausencia de circunstancias extremas como agresividad, falsos intereses o engaños. El primer paso es aceptar que lo que te está ocurriendo es normal. Durante esta etapa tienen lugar sensaciones como la depresión, el rencor o la confusión, pero debes comprender que todo es pasajero y que llegará el día en que mires adelante con positivismo. Es necesario aceptar que tu vida va a cambiar drásticam...
- Tips para superar el miedo al fracaso
El miedo a fracasar es el motivo más común por el cual muchas personas no se atreven a emprender nuevos proyectos ni perseguir con empeño sus metas. Esto les hace dudar de sí mismas, dañando gravemente su autoestima e influyendo en todos los ámbitos de su vida. El temor a no conseguir lo que nos proponemos tiene su origen en la falsa asociación entre nuestros fracasos y nuestro valor interior. Éste último no depende de los éxitos conseguidos, sino de la seguridad personal. Sin embargo, esta idea no parece convencer a muchos que ven mermada su autoconfianza cada vez que sufren un revés en sus planes. Se trata de un problema muy común de difícil solución, pues no existe una fórmula mágica que nos haga perder este miedo y lanzarnos con valentía hacia nuestros objetivos. Pero sí podemos atender a algunos consejos que nos ayudarán a comprender la situación y comenzar a buscar un remedio. Lo primero que debemos entender es que el miedo no es una actitud negativa, sino una reacción natural que supone más bien un aliado, ya que es el fenómeno que nos advierte ante el peligro y nos permite adoptar una actitud defensiva cuando sea necesario. Partiendo...
- ¿Cómo superar el duelo tras una ruptura?
Una ruptura amorosa siempre es traumática y dolorosa. En momentos así es totalmente normal sentir tristeza, ira y culpabilidad, tanto si somos nosotros quienes hemos terminado con la relación como si ha sido nuestra pareja. Es entonces cuando vivimos una complicada situación de tensión y el pesimismo nos invade. En esos momentos nos parece que ya nunca recuperaremos la normalidad y nos cuesta aceptar que esa persona tan especial ya no está a nuestro lado, pero no debemos olvidar que se trata de un periodo pasajero y que tarde o temprano volverás a sonreír y a rehacer tu vida junto a un nuevo amor. Pero antes de alcanzar esta estabilidad, será necesario superar las tres fases propias del duelo tras una ruptura. 1) La primera de ellas es la negación. Durante este tiempo, todavía no podemos creer lo que está sucediendo y podemos, incluso, llegar a pensar que se trata de algo transitorio y que algún día nos uniremos de nuevo a nuestra antigua pareja. Asumir la pérdida de alguien importante es muy difícil, y para ello lo mejor es cortar completamente el contacto entre los dos; de esta forma, la aceptación será más sencilla y no corre...