- Resistencia cardiovascular o capacidad aeróbica
- Flexibilidad
- Composición corporal
- Fuerza muscular
- Resistencia muscular
Estos cinco puntos son claves para conservar afinada la maquinaria que constituye nuestro cuerpo. El desuso de estos elementos conduce al envejecimiento y muchas veces propicia problemas de salud.
Muchas enfermedades son consecuencia directa del sedentarismo. Así, por ejemplo, en algunos casos los problemas del corazón no aparecerían si la persona hubiese prestado mayor atención a su cuerpo mediante la práctica de actividades físicas y una alimentación adecuada. Así también la precipitación del envejecimiento es una faceta más de una vida sedentaria.
A pesar de que el cuerpo inicia la declinación de sus funciones a partir de los 25 años, la actividad física es capaz de alejar este momento a la vez que permite vivir los últimos años de vida sin enfermedades invalidantes ni crónicas.
Cabe señalar que en una maratón realizado en Nueva York en 1992, que cubre un recorrido de 42 kilómetros, llegó a la meta un hombre de 96 años que había iniciado la práctica de aerobis-mo a los 63 . Esta es una prueba más que suficiente para demostrar que la actividad física es capaz de mantenernos jóvenes y saludables.
Según una reciente investigación, el ejercicio produciría el aumento de la interleukina, un potente estimulador del aparato inmunológico que acrecienta la actividad de los linfocitos T y B. Al ser aquella sustancia un inmunoestimulador se puede deducir que su aumento activará la producción de linfocitos incrementando con ello las defensas del organismo en las personas que realizan actividades físicas.