

Si no te es posible apuntarte a clases de yoga, hay muchos ejercicios sencillos que se pueden realizar en casa. Recuerda que la constancia es importante para poder sentir los beneficios de esta disciplina.
Ejercicios para empezar a hacer yoga en casa
Hoy te explicamos una serie de ejercicios para empezar a hacer yoga en casa y beneficiarte de los innumerables beneficios que conlleva esta práctica a nivel mental y físico:


-Postura de la montaña. Es para principiantes y se realiza de la siguiente manera: párate con los pies paralelos y juntos, los hombros relajados, el peso uniformemente distribuido a través de las plantas de los pies, los brazos a los lados. Todas estas partes deben de estar coordinadas y por tanto tienes que colocar los brazos a los lados del cuerpo, el mentón y la vista hacia el frente.
-Perro boca abajo. Colócate a cuatro patas y coloca las manos justo debajo de tus hombros con los dedos separados, la columna completamente estirada y las rodillas debajo y a la misma anchura de las caderas. De esta manera, presiona las palmas de las manos y los dedos de los pies hacia el suelo elevando las caderas hacia el techo. Estiras los brazos alejando las axilas de los empeines y alarga el tronco y piernas formando una V invertida. Si no puedes estirar las piernas por completo, trabaja poco a poco para mantener el tronco recto.
-Postura del guerrero. Es una de las más fáciles de realizar. Se inicia de pie y se atrasa el pie izquierdo aproximadamente 2 o 3 veces el ancho de las caderas. Se alinean ambos talones, y asegúrate de estar pisando la misma línea imaginaria y formando un ángulo de 90 grados.


A continuación, levanta los brazos hasta que estén completamente extendidos formando una línea recta con los hombros. Ahora flexiona la rodilla que está adelante hasta que quede alienada con el pie derecho distribuyendo el peso entre las dos piernas lo más equitativamente posible. Después, se realizan entre 5 y 10 respiraciones profundas. Luego se desdobla la rodilla lentamente, se bajan los brazos también suavemente y con movimientos ligeros y armónicos se vuelve a la posición inicial. Cuando acabes, repite lo mismo con la otra pierna.
-Póstura del árbol. Comienza con la postura de la montaña y al espirar, flexiona la rodilla derecha y coloca la planta del pie derecho en la parte inferior del muslo izquierdo, entre la rodilla y la ingle. Al inspirar, alza los brazos por encima de la cabeza y junta las palmas de las manos. Ahora, relaja los brazos y centra tu atención en un punto en el suelo. Permanece así con unas 10 respiraciones profundas y después repite el mismo ejercicio con la otra pierna.
-El puente. Túmbate boca arriba con las rodillas flexionadas y los pies apoyados en el suelo, alienados con las caderas. Coloca los brazos a ambos lados lados del cuerpo y con las palmas hacia abajo. Al inspirar, alza las caderas hasta una altura en la que tú te encuentres cómoda y no te duela. Permanece en esta posición un minuto y sal de la postura con una exhalación.


-Postura del niño. Siéntate cómodamente sobre los talones. Así, gira el dorso hacia adelante , de manera que tu frente descanse frente a ti. Baja el pecho hasta las rodillas tanto como puedas, ya que recuerda que estos ejercicios no te deben hacer ningún daño, y extiende los brazos delante de ti. Mantén la postura unos 2 o 3 minutos y concéntrate en tu respiración, en cómo inhalas y exhalas.