El sistema inmunológico se encarga de proteger al organismo de estas posibles infecciones, pero somos nosotros los responsables de cuidarlo y mantenerlo fuerte en beneficio de nuestra salud.
La mejor forma de fortalecer el sistema inmunitario es a través de la alimentación, aumentando nuestras defensas a base de alimentos ricos en vitaminas y nutrientes, pues la mayor parte de los problemas que afectan al sistema inmunológico son causados por una dieta inadecuada.
Por eso, es importante conocer las propiedades de los alimentos que consumimos y aprovecharlas para reforzar nuestra salud de forma natural.
Qué comer para fortalecer nuestras defensas
Algunos de los productos más aconsejables para mejorar nuestras defensas son los siguientes:
• Los lácteos: sobre todo aquellos productos fermentados con lactobacilos, como el yogur, que aumenta la resistencia del sistema digestivo ante las infecciones. Además, protege la mucosa intestinal y favorece la digestión.
• Frutas y verduras: su alto contenido en vitamina C, minerales y antioxidantes aumentan las defensas. Además, contienen zinc, que ayuda a fortalecer el sistema inmune.
• Alimentos bajos en grasas saturadas: debemos consumir ácidos grasos omega 3, omega 6 y omega 9, que podremos encontrar en la soja, los frutos secos, las semillas de lino (previene enfermedades degenerativas y vasculares), cereales y pescado.
• Alimentos ricos en hierro: en general, todas las carnes y las legumbres. Los huevos, las espinacas y las acelgas también aportan este importante nutriente.
• Ajo y cebolla: favorecen la aparición de linfocitos T y su contenido en sulfuro y quercetina ayuda a combatir infecciones, además de poseer propiedades antiinflamatorias.
• Miel e infusiones: luchan contras las infecciones y las afecciones de la piel, y al ser alimentos ricos en vitamina C, aumentan las defensas.
Una dieta adecuada es, sin duda, fundamental para proteger a nuestro organismo de los ataques de los virus y bacterias siempre presentes en nuestro alrededor y fortalecer nuestras defensas. Pero también es necesario realizar ejercicio físico moderado, dormir lo suficiente y evitar el consumo de alcohol y tabaco.