

Desde su época escolar, se destacó como líder de travesuras y revueltas entre sus compañeros; en 1925 sufrió un accidente de tranvía, donde se fracturó la columna, las costillas, la pelvis y el cuello, quedándose inmóvil por mucho tiempo. Estar postrada en cama, le llevó a trazar sus primeros autorretratos, para pasar el tiempo, hasta que una operación le ayudó a reestablecerse y caminar.
Se introdujo en el mundo del arte y el comunismo mejicanos de la época, donde se relacionó con el que fuera su marido, el muralista Diego Rivera, con quién se casó el 21 de agosto de 1929; Frida era apasionada, terca y caprichosa. Frida y Diego vivieron un apasionado romance el cual con el tiempo culminó debido a repetidos episodios de infidelidades. Se divorciaron diez años después.
El líder comunista León Trotsky se refugió en su casa en 1937, sosteniendo un romance con la pintora, y tras el asesinato del mismo, ella y su esposo fueron detenidos como sospechosos, hasta que se aclaró el asunto. Gracias al poeta Bretón, Frida consigue exponer su obra en la galería Renón et Collea; allí conoce a Picasso y se hace famosa en todo el mundo.
En 1953 con su salud deteriorada, se le rinden homenajes en la galería de arte contemporáneo de ciudad de Méjico, mientras le amputan una pierna por estar infectada con gangrena. La depresión de esta época la llevan a tratar de suicidarse en un par de ocasiones, y a escribir sus pensamientos en forma de poemas. Muere al año siguiente acabando de cumplir 47 años.
Imagen sujeta a licencia CC