

Pero también tiene su punto favorable, al menos uno. Y es que las personas con cutis graso tienden a tener menos arrugas o si las tienen son poco acentuadas.
Vamos a ver cómo tratar este tipo de piel con métodos naturales.
Lo primero que debes tener en cuenta es que la mayoría de lo productos que utilices deben ser astringentes y secantes.
Cuando te levantas por la mañana lo ideal es lavarte la cara con jabón de glicerina neutro, cuidado si tienes un rostro mixto, aplica el jabón con una esponja solo donde tienes la piel grasa, evita los ojos, cejas y parpados ya que tiene un gran poder secante.
Esto puedes hacerlo de 2 a 3 veces por día, depende de cada persona a veces puede secar demasiado la piel, así que encuentra la frecuencia más conveniente para tu caso.
Una vez por semana (Y no más de una), haz una mascarilla con el zumo de medio limón, una cucharadita de azúcar blanca y una clara de huevo, lo bates y lo aplicas con una esponjita o un algodón en todo el rostro, evitando la zona ocular, durante 10 o 15 minutos te quedas con la mascarilla. Cuidado, no debes hablar ni hacer gestos con la cara para que no se marque la piel, en lo posible quédate relajada hasta que pase ese lapso de tiempo. Luego enjuagas con abundante agua fría, el azúcar actúa como exfoliante, verás qué suave y limpia te quedará la piel.
Dos veces por semana hazte vahos con agua caliente para que se dilaten los poros, luego con un algodón embebido en una infusión de manzanilla bien fría limpias todo el rostro para quitar la crasitud y suciedad de lo poros que se han abierto, una vez hecho esto, vuelves a aplicar sobre la piel dando ligeros golpecitos y la dejas, no la retiras.
Esto funciona como un tónico, y ayuda a cerrar los poros y mantener la piel limpia. La única precaución que te recomiendo es que lo hagas cuando ya no vayas a salir a la calle, porque puede pasar que el sol te manche la piel por la combinación de la manzanilla.