

Los ácidos omega-6 son un tipo de ácido graso considerados como esenciales con amplios efectos biológicos positivos para la salud, como el alivio de la inflamación relacionada con la artritis reumatoide y los síntomas del síndrome premenstrual. Los efectos biológicos del Omega 6 son generlamente mediados por sus interacciones con los ácidos grasos omega 3.
Los omega-6 tienen consiguen hacer la sangre más fluida, por lo que reducen el riesgo de formación de trombos o coágulos. Si la ingesta de ácidos grasos omega 6 es excesiva y también se toman fármacos anticoagulantes como el Sintron, el efecto de uno y otro se suma. Por esto, es imprescindible seguir los consejos de un profesional sanitario y realizarse pruebas de coagulación para ajustar bien la dosis.
Además, la deficiencia de la mayoría de ácidos grasos omega 6 no es muy frecuente, ya que son muchos los alimentos de consumo habitual que contienen este nutriente. Sin embargo, sí que es más habitual que haya deficiencia de ácido linoleico, un omega 6 esencial. Esta deficiencia se asocia a una serie de síntomas como son retardo del crecimiento, lesiones cutáneas, deficiencias en la reproducción, hígado graso y polidipsia (necesidad de beber con frecuencia).
Pero, ¿dónde están los omega 6?
Los ácidos grasos omega 3, característicos de los pescados azules, son muy conocidos. En cambio, los omega 6 no lo son tanto. Ambos nutrientes son esenciales, lo que significa que nuestro organismo no los puede producir por sí sólo a partir de otros compuestos químicos y que, por tanto, se deben ingerir a través de la dieta.
Las ácidos grasos omega 6 se encuentran en muchos alimentos, si bien su fuente principal son los aceites vegetales. El aceite más rico en ácido linoleico, uno de los ácidos grasos de este tipo más destacados, es el aceite de cártamo, extraído de las semillas de una planta de la familia de los cardos.
Este aceite, sin embargo, apenas se consume como tal, aunque sí como ingrediente de ciertos productos como ocurre con bebidas vegetales sin lactosa. Otros aceites ricos en este ácido son el aceite de girasol, soja, maíz, sésamo, cacahuete y palma entre otros. Además de estos alimentos, que contienen el ácido de forma natural, también hay productos que incorporan este nutriente en su elaboración, como las galletas o las margarinas.