Se basa en la asociación entre el peso y la estatura, y, a pesar de ser un método muy empleado para detectar problemas de sobrepeso, es sólo orientativo.
¿Cómo se calcula el IMC?
El IMC se calcula dividiendo el peso por la altura elevada al cuadrado. Su fórmula matemática es la siguiente:
IMC = kg / m2
El resultado obtenido está condicionado por la edad, el sexo y el porcentaje de grasa y de tejido muscular, pero estos son datos que la fórmula no tiene en cuenta, por lo que podemos considerar este método orientativo.
Valores del IMC
Sin embargo, en términos generales, los resultados indican los siguientes diagnósticos:
Por debajo del 18,5: indica delgadez extrema, desnutrición u otras enfermedades que provocan una pérdida de peso radical (por ejemplo, anorexia, diarrea crónica, etc.).
Entre 18 y 25: se considera saludable.
Entre 25 y 30: señala un exceso de peso en el paciente.
Entre 30 y 40: supone un problema de obesidad leve.
Superior a 40: este resultado indica un trastorno de obesidad mórbida y requiere un tratamiento rápido que, en muchos casos, se trata de una operación quirúrgica.
Tenemos que tener en cuenta que estos valores son solamente aplicables a personas adultas y crece un punto por cada diez años a partir de los 35.
El IMC nos da una idea aproximada de cuál debería ser nuestro peso ideal; sin embargo, no se trata de una fórmula exacta, ya que no es válida para determinados casos, como en niños, ancianos (para ellos es más saludable tener un índice entre 25 y 30 en lugar de uno inferior a 25) o personas deportistas, ya que esta técnica no distingue entre masa muscular y masa grasa, interpretando la primera como una señal de sobrepeso.