Su alto contenido en vitaminas, proteínas y minerales hacen que el consumo de la levadura de cerveza ayude en el fortalecimiento del pelo, las uñas y la piel. Tiene un elevado porcentaje en vitaminas B, lo que hace que este alimento ayude a la regulación del sistema nervioso. La vitamina B es la que le otorga propiedades beneficiosas para la regeneración celular, la protección de la piel y los trastornos oculares, mientras que la vitamina B6 se centra en mayor medida en el buen funcionamiento del sistema nervioso y el hígado.
La levadura de cerveza tiene un fuerte efecto reconstituyente y depurativo. Su consumo habitual favorece el buen funcionamiento del sistema digestivo, ayudando a regular el tránsito y haciendo las digestiones menos pesadas. Además, al ser rica en calcio, ayuda a proteger la estructura ósea y aporta hierro, por lo que es ideal para combatir la anemia. También contribuye a bajar el colesterol y a mejorar la circulación sanguínea, además de ayudar en casos de ansiedad, depresión, insomnio y estrés. Se trata de la mayor fuente natural de Ácido Fólico, y contiene un alto componente de Niacina, Biotina, Fósforo, Calcio y Azufre, lo que ayuda en las actividades celulares.
Sin embargo, la levadura de cerveza está contraindicada para aquellos que padecen gota, enfermedades del riñón, reuma, hiperuricemia, colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn, ya que, debido a su alto contenido en purinas, puede provocar diarrea y flatulencia.
Por todo ello, la levadura de cerveza se nos presenta como el complemento perfecto para completar nuestra alimentación, especialmente en personas con carencias nutricionales, niños con retraso en el crecimiento, personas con debilidad muscular y mujeres en proceso de lactancia. Puede tomarse en pastillas o en polvo. Su sabor es algo amargo, pero es fácil de disimular mezclándola con zumo o con un yogur, o espolvoreándola en los alimentos.