

Normalmente nos lleva mucho tiempo encontrar nuestra fragancia, aquella que nos defina, que concuerde con nuestra personalidad y estado de ánimo. Elaborar un perfume casero puede ser una buena opción para encontrar esa fragancia que tanto hemos buscado. Para ello, existen varios métodos sencillos que no requieren material costoso ni demasiado tiempo.
El primero de ellos es un método basado en el alcohol para el que necesitarás un aceite esencial de tu gusto (los más populares suelen ser los de lavanda, pachulí o jazmín) o una mezcla de algunos de ellos, alcohol puro, agua mineral y una botella o frasco de perfume de vidrio esterilizado (el plástico puede alterar los olores). Comienza uniendo en un recipiente esterilizado un 30% de aceites esenciales y un 65% de alcohol puro, moviéndolo lentamente hasta que el contenido se mezcle.
A continuación, tápalo y guárdalo en un lugar preservado de la luz y el calor durante dos días. Pasado ese tiempo, añade un 5% de agua mineral a los aceites y el alcohol y vuelve a agitar bien. Déjalo reposar otras 48 horas y guarda el contenido en el recipiente de vidrio, listo para ser utilizado.
Si te agradan los olores muy dulces, te recomendamos realizar este método para preparar un perfume de canela y clavo u otro de jengibre y vainilla. Para el primero puedes utilizar, en el lugar de los aceites esenciales, dos clavos de olor aplastados, una ramita de canela troceada, ½ taza de alcohol y otra ½ de aceite de canela, y una cucharada pequeña de aceite de almendras dulces. El aroma de jengibre y vainilla requiere una cucharada pequeña de jengibre fresco troceado, cuatro gotas de extracto de vainilla, ½ taza de alcohol y ¼ de cucharadita de aceite de almendras dulces.
El segundo método consiste en la combinación de flores naturales y aceite neutro (sin olor). Recoge o compra algunas flores frescas del olor que más te gusten y corta todos sus tallos. Llena un frasco de vidrio esterilizado con el aceite y las flores y asegúrate de que quede bien cerrado. Por último, cuela la mezcla en el recipiente en el que desees guardar tu nueva fragancia.
También puedes utilizar un jabón líquido con aroma y mezclarlo con agua mineral en una botella con espray (vierte una pulsación de jabón por cada dos cucharadas de agua). Agita el espray justo antes de cada pulverización y ¡ya está!
Fuente Imagen por Paul M. Dorr