¿Los intolerantes a la lactosa pueden tomar yogur?

7 julio 2016 | Por admin

¿Eres intolerante a la lactosa y no sabes si puede tomar yogur para recibir el aporte de calcio que tu organismo necesita? Este alimento contiene un menor porcentaje de este disacárido por su proceso de fermentación, por lo que puede ser tolerado por este sector de la población.

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La incapacidad del intestino para digerir el azúcar presente en la leche y sus derivados es lo que se conoce como intolerancia a la lactosa, el cual padece el 34% de los españoles. El intestino delgado precisa de la enzima lactasa para descomponer la lactosa. Gases, diarrea, náuseas, hinchazón, cólico o dolor abdominal son algunos de los síntomas que presenta esta intolerancia.

Yogur como alternativa saludable para los intolerantes a la lactosa

La leche y los productos lácteos son las fuentes más comunes de calcio, un mineral que nuestro cuerpo necesita para tener huesos y dientes más fuertes. Para absorber este nutriente su cuerpo precisa de vitamina D, para lo cual será fundamental tomar alimentos que lo contengan en su composición como huevos, hígado o ciertos tipos de pescado como el salmón o el atún. No todos los lácteos son igualmente difíciles de digerir por las personas intolerantes a la lactosa debido fundamentalmente a que la cantidad de este disacárido que causa los síntomas varía dependiendo de las personas, así como que el grado de deficiencia de la enzima lactasa es muy variable. yogur alimentos En este sentido, el yogur juega un papel importante porque tiene un menor contenido de lactosa como se comentó en líneas anteriores, más concretamente solo 4 gramos. Por ese motivo puede ser mejor tolerado que otro tipo de lácteos como la leche o, incluso, que el queso. Desde el punto de vista científico, se ha comprobado que cuando se consume de manera regular este producto, ayuda a que las personas con este tipo de intolerancias pueden mejorar paulatinamente su afección. Este reducido porcentaje de lactosa en su composición se debe a que se transforma en ácido láctico en el proceso de fermentación. Sus fermentos llegan vivos al intestino, donde ayudan a romper y digerir la lactosa. La leche fermentada que da lugar al yogur se caracteriza por la presencia de lactobacilus y electrococus, algo que lo convierte en un alimento probiótico, dotado de unos componentes vivos que ayuden a las personas afectadas por la intolerancia a la lactosa a asimilar la sustancia. El yogur, además de ser tolerado por este tipo de pacientes, contiene proteínas de muy buena calidad, así como vitaminas del grupo A y B y minerales como el zinc, fósforo, magnesio o calcio. Este último se incorpora rápidamente al metabolismo del tejido óseo contribuyendo a la prevención de patologías como la osteoporosis. ¿Con qué frecuencia soléis introducir el yogur en vuestra dieta diaria?

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