

Es curioso, entrar en una oficina y cotillear el ambiente, en casi 5 minutos puedes más o menos deducir quien es quien.
Casi por tradición en la oficina hay diferentes tipos de criaturas humanas, está el típico pelota, áquel individuo pesado que está dipuesto a hacer cualquier cosa por un "aumento" y se siente agradecido todos los días porque entiende que su jefe " le regala el puesto", pobre ingnorante...
También está el reinvindicativo, áquel que prioriza por encima de todo sus derechos laborales, que no soporta el engaño e intenta cambiar el mundo con sus "ideales pacifistas".
Por otro lado, encontramos al mítico pesado baboso, que ansiado de vida social, busca relaciones con cualquier bicho viviente, e intenta por otro lado parecer un tío interesante, aunque al final no se come una rosca.
Al lado de él, se encuentra la chica "pibón" ( así es cómo la llaman sus compañeros), que su mayor lucha diaria es saber qué ropa se pondrá hoy para demostrar a sus compañeros que aunque no sea inteligente, al menos tiene el trasero en su sitio.
Otro de los especímenes de oficina es la figura del típico "enrollado", chico que cada lunes cuenta sus "batallitas de discoteca" presumiendo de sus líos con niñas estúpidas y multimillonarias de 18 años.
Por último, quedan los especímenes que más nos gustan a las mujeres, los calladitos. Aquellos, que se pasan horas inmersos en su trabajo y que parece nada importarles, quizá por eso son los "más codiciados" de la oficina.
Pero además, de estos personajes en la oficina hay siempre una atmósfera sexual que hace que los especímenes humanos conozcan algo más alla de su mesa y se comiencen a interesar por su compañera/o de al lado.
Existe el típico lío en la cena de empresa, del cual ambos casi ni se acuerdan y además se arrepienten. La incomodidad entre ambos, será el pan de cada día en la oficina y las bromas, también.
Además, puede existir el flirteo entre dos compañeros que pasan demasiado tiempo juntos y esto provoca un mínimo interés que hará que "prueben" y no hagan más que enredar lo ya enredado, en definitiva, una historia condenada a la tragedia.
Y por último puede ocurrir, que encuentres a alguien que sin esperar nada, te sorprenda y te haga al menos sentir bien, alguien con quien pase lo que pase, entre vosotros al menos podrás seguir tomándo café con él.
Lejos de la incomodidad y la tensión de mantener un lío en la oficina, siempre quedará el recuerdo de "áquel beso a escondidas en el baño" o áquel agarrón en el pasillo que te hizó vibrar.
Y tú; ¿Has tenido algún lío en la oficina?
Pues no realmente no he tenido un lio en la oficina, pero no niego que en algún momento de mi vidilla me hubiese gustado.
da mucho morbo la verdad. Las grandes empresas lo están fomentando (no pregunteis como) con el objetivo de que pasemos mas horas en la oficina gustosamente y sin pensar en volver con la mujer/marido/novi@ a casa.
Un saludo.