Desde el aspecto médico lo relacionan con la bajada de la progesterona que se produce después de dar a luz, digamos que a nivel hormonal nos vemos afectadas y esto provoca un estado de tristeza y decaimiento generalizado.


Por otra parte, desde el punto de vista psicológico se le da otro enfoque. Muchos especialistas coinciden en que el hecho de estar creando una vida dentro del vientre, lleva a una sensación de pertenencia, hay que tener en cuenta que esa gestación ocurre gradualmente, por lo que poco a poco vamos asimilando cambios en el cuerpo físico y a nivel orgánico, también comenzamos a sentir cómo ese ser se mueve dentro de nosotras.
Este proceso que generalmente dura nueve meses, de pronto se ve finalizado e interrumpido abruptamente, de un momento para otro la mujer se queda vacía, si bien el deseo de tener a su hijo entre los brazos y poder ver su rostro es una alegría incomparable.
Psicólogicamente pareciera que el vacío que nos queda a nivel físico y esa desconexión que sentimos por llamarlo de alguna forma con el ser que teníamos dentro, son los causantes de la tan famosa depresión post parto.
A esto también hay que sumarle, el cansancio de los primeros días, horarios nuevos, una personita que depende de nosotras las 24 horas del día y también el aspecto físico que en general salvo algunos casos, no es el que quisiéramos tener.
Debemos ser pacientes con nosotras mismas, es muy natural sentirnos más bajas de ánimo y energía, son muchos cambios que hay que asimilar y no siempre nos sentimos apoyadas por el entorno, a veces este sentimiento es injustificado y sólo nos parece que así es debido a lo sensibles que estamos.