

Hábitos Saludables más importantes para el verano
1. Protegerse del sol. Todos deberíamos utilizar protectores solares de índice elevado (de 25 a 50) durante todo el año, y no reservarlos únicamente para verano, aunque tengamos más horas de sol en este época. El sol nos llena de energía y optimismo y nos permite pasar mucho más tiempo al aire libre, pero también debemos tener en cuenta que la sobreexposición al sol es la causa principal de la aparición de cáncer cutáneo, además de provocar un envejecimiento prematuro de la piel (fotoenvejecimiento). No debemos olvidar tampoco protegernos la cabeza y utilizar unas buenas gafas de sol como uno de los mejores hábitos saludables.
2. Debemos poner especial atención en el cuidado de niños y personas mayores, ya que su piel es más vulnerable a las quemaduras y ambos son más propensos a sufrir golpes de calor y deshidratación. Lo más recomendable para ellos es básicamente lo mismo que para el resto de la población: beber dos litros de agua al día (entre 6 y 8 vasos) y consumir frutas y verduras frescas.


3. También las mascotas necesitan una atención especial en verano, ya que los perros y los gatos, al no tener glándulas sudoríparas en el cuerpo, no pueden regular el calor corporal mediante el sudor, sino que lo hacen a través de las almohadillas de las patas, los jadeos y el lamido. Un golpe de calor puede producir el fallecimiento del animal en muy poco tiempo. Por ello, hay que tomar una serie de precauciones como no dejar a los animales solos en el coche o atados (incluso si están a la sombra), procurar que tengan siempre a su alcance agua limpia y fresca y que se encuentren en lugares ventilados, e ir refrescándoles durante los paseos diarios y los viajes para adoptar uno de los más adecuados hábitos saludables para el verano.
4. Tomar alimentos frescos. Las ensaladas y postres a base de frutas son la opción más apetecible y saludable en los meses de más calor. Los vegetales frescos nos aportan una buena cantidad de agua además de muchas vitaminas; en el caso de las frutas, además de agua contienen azúcar, siendo muy recomendable su ingesta en el desayuno para que nos den la energía que necesitaremos durante gran parte del día.
5. Cuidado con el consumo de determinados alimentos como las salsas, mariscos y pescados. Debemos asegurarnos de que estos dos últimos sean frescos antes de comerlos, además de comprobar que las salsas que vamos a tomar fuera de casa estén recién hechas, ya que el calor hace que se deterioren con facilidad.


6. No abusar del alcohol. En esta época son mucho más habituales las fiestas, los cócteles y demás bebidas alcohólicas, que se toman con mucha más facilidad debido al calor.
7. Mantener una buena higiene. Usar ropa y calzado que permita la transpiración y ducharse mínimo una vez al día (dos si fuera necesario) es fundamental para mantener una correcta higiene, sobre todo en los días más calurosos del año. Es muy importante también secarse bien la piel e hidratarla después de cada baño para evitar problemas derivados de una excesiva humedad, como hongos o alergias.
8. Cuidado con el ejercicio físico al aire libre. Las horas más recomendables del día para hacer ejercicio al aire libre en verano son las primeras de la mañana o las últimas de la tarde. Por supuesto no debemos dejar de hidratarnos durante la actividad física como uno de los hábitos saludables más apropiados en verano.


9. No a las dietas milagro. Con la llegada de los primeros rayos de sol a todos nos entra la prisa por ponernos en forma en el menor tiempo posible para poder presumir de cuerpo en piscinas y playas. En lugar de cometer locuras siguiendo las dietas de moda o no comiendo lo suficiente, el verano es una muy buena época para que adquiramos unos mejores hábitos saludables alimenticios que podamos seguir toda nuestra vida, ya que las altas temperaturas animan a consumir zumos y ensaladas y durante las vacaciones no estamos sometidos al estrés que nos hace comer peor el resto del año.
10. Desconectar. Quedar con los amigos, olvidarse del despertador y del trabajo, pasear, dormir siestas, leer… El descanso (tanto físico como psíquico) que nos proporciona las vacaciones, es tan importante como dormir bien diariamente para poder reponer fuerzas.