Cambiar tus rutinas diarias para incluir los cuidados adecuados hará que consigas una piel más hidratada y con un aspecto más joven.
Alimentación equilibrada
La piel necesita nutrientes y los obtienes de la alimentación. Con una alimentación variada y equilibrada consigues proporcionar el alimento correcto a las células de la piel y estarán mucho más saludables. Eso se notará en su color y su textura, o lo que es lo mismo, en una piel más joven y sana.
Hidratación
La piel pierde firmeza por muchas razones pero una de ellas es por falta de hidratación.
Mucho se habla de cremas hidratantes para cuidar la piel, y es cierto que la protegen y ayudan a evitar el envejecimiento precoz. Sin embargo, no puedes olvidar hidratarla también por dentro a través de un consumo regular de agua y evitando las bebidas que perjudican la hidratación, como el café en exceso o las bebidas azucaradas.
Protección solar
Los rayos solares son muy beneficiosos para nuestra salud pero envejecen bastante nuestra piel.
Proteger la piel con la protección solar adecuada ayudará a que tengas una piel joven y sin manchas durante más tiempo. Retrasar el aparecimiento de las arrugas y manchas es posible utilizando protector solar a diario y no limitar su uso a días de playa y piscina.
Rejuvenecimiento facial
Aunque las rutinas diarias pueden conseguir mejorar un poco el aspecto de la piel y retrasar los signos de la edad, si ya hay arrugas, manchas en la piel y flacidez, lo ideal es empezar por un tratamiento de rejuvenecimiento facial. Son técnicas mínimamente invasivas y que darán el resultado deseado de un modo rápido y eficaz.
Hay varias técnicas posibles y la elección de una u otra va a depender de la parte estética que quieras solucionar. El botox, por ejemplo, se utiliza para reducir las arrugas existentes y evitar la formación de nuevas líneas profundas en la piel. Si hay pérdida de volumen facial, los rellenos dérmicos son muy recomendados pues las inyecciones de ácido hialurónico logran reponer el volumen perdido, reduciendo arrugas y dando un aspecto mucho más joven.
Descanso, relajación y sueño reparador
Otro hábito saludable que mejorará el aspecto de tu piel es no prescindir de las horas de sueño necesarias. Durante la noche las células de la piel se renuevan y con ello evitas el envejecimiento prematuro. Además, cualquier persona que se levante después de dormir poco o mal notará su piel más fatigada, ojeras visibles y con más arrugas en el rostro.
Reducir la tensión diaria también ayuda a retrasar el aparecimiento de los signos de la edad. Descansar durante el día y tener momentos para relajar ayudará a combatir el estrés y la ansiedad, tan malos para tu bienestar como para tu piel.