

Hay que especificar que cuando digo esto me refiero a ejercer un trabajo que nos guste, y que consiga desarrollar nuestras habilidades profesionales y personales.
Y es que muchas veces nos encontramos con que el puesto que ocupamos no se corresponde con lo que realmente nos gustaría hacer, ya que no potencia las capacidades que tenemos y que nos gustaría desarrollar. En consecuencia, si no estamos a gusto en nuestro trabajo, el malestar se traslada al terreno personal y nos afecta a nivel emocional.
La solución pasa por intentar cambiar de responsabilidades dentro de la empresa si es posible, y si no, intentar encontrar otro trabajo acorde a nuestros objetivos, aunque ahora esté tan complicado.
Por otro lado, el ambiente de trabajo también es esencial para sentirte bien en el trabajo. La relación con los compañeros y jefes tiene que ser por lo menos cordial y de respeto mutuo, y actuar de manera dialogante en las situaciones de conflicto que puedan surgir del trato diario.
Y es que un ambiente tenso y con faltas de respeto acaba siendo insoportable por mucho que sea el puesto de trabajo adecuado para ti.
Por lo tanto, lo que hay que intentar es buscar un puesto de trabajo en el que nos sintamos realizados y a gusto con nuestros compañeros (no tiene por qué coincidir con aquello que hayamos estudiado en la universidad), y esto se notará en el terreno personal, y en concreto, influirá de manera positiva en nuestro nivel emocional.