Además de ser una planta de fácil cultivo ya que necesita muy poca agua y soporta altas temperaturas, creciendo sin dificultad en terrenos áridos.
Actualmente se comercializa en forma de zumo, jarabe, cremas, geles y es un ingrediente esencial en variedad de productos como pastas dentífricas, cosméticos, protectores solares o aftersun.
Esta planta mágica posee oligoelementos, vitaminas (Beta caroteno, B6, B2, B1, B3, C, E) enzimas (Oxidasa, catalasa, alinasa, lipasa, amilasa, etc.), poli y monosacáridos, minerales (germanio, potasio, hierro, cobre etc.),aminoácidos entre otros elementos benefactores para nuestra salud interna y externa, es decir para aplicar sobre la piel.
De propiedades antisépticas, calmantes, antibacterianas, humectantes, cicatrizantes, anti inflamatorias y astringentes.


De uso interno:
Utilizado sobre todo para problemas digestivos, enfermedad de cron, gastritis, úlceras gástricas, laxante, de colon, como depurativo y desintoxicante general y regulador del organismo, también para reducir el colesterol y la diabetes.
De uso externo:
En quemaduras, heridas, cicatrices, picaduras de insectos, acné, llagas, herpes labial, torceduras, varices, dermatitis, hongos, manchas de la piel, estrías etc.…
Si tienes una planta de Aloe o consigues alguna hoja para utilizar a modo casero, un truco para que perdure es envolverla en una platina y guardarla en la nevera. Cuando decidas usarla, basta con que cortes un trocito, luego la harás de forma transversal con un cuchillo y apliques sobre la zona en que lo necesites la sábila, que parece gelatina, deja que se seque y así utilízala hasta que notes mejoría o desaparición del problema.