

De esta manera, la misma pierde su propia identidad, viviendo sólo para los demás, limitando sus deseos y su libertad por complacerles. Así se va formando poco a poco una personalidad enfermiza que se rige por las necesidades de los otros.
Gran parte de la causa de esta dependencia emocional excesiva reside en el miedo al rechazo y a la soledad. Y esto a su vez tiene su origen en una baja autoestima. Es precisamente ahí por donde debemos comenzar a trabajar para librarnos de esta dependencia emocional que tanto daño nos está haciendo.
¿Cómo superar la dependencia emocional?
-Para ello lo primero que tenemos que hacer es aprender a querernos a nosotros mismos, independientemente de la opinión que puedan tener los demás de nosotros. Es imposible satisfacer a todo el mundo; lo verdaderamente primordial es sentirnos a gusto con nosotros mismos.


La manera de aprender a quererse es conocerse bien a uno mismo, una tarea muy complicada si estamos acostumbrados a vivir por y para los demás. Para ello necesitaremos soledad, por mucho que pueda asustarnos, y tiempo para dedicarnos a hacer aquello que siempre quisimos.
-Por otra parte, deberemos ser conscientes de nuestra valía, y tratar de no juzgarnos severamente. En lugar de despreciar nuestros defectos, tenemos que aprender a convivir con ellos y darnos cuenta de que nadie es perfecto. Todos tenemos cualidades positivas y negativas, y lo mejor es centrarnos en las primeras.
-A veces se considera egoísta lo que simplemente es derecho propio a la felicidad y libertad personal. Aquí de nuevo cruzamos esta línea, pues no lograremos librarnos de esta dependencia emocional extrema si no anteponemos nuestros deseos y necesidades a los de los demás. Ellos no son más importantes que nosotros.


-La dependencia emocional se puede superar, para lo cual lo primero que tenemos que hacer es identificarla. Sabemos que la sufrimos cuando nuestra felicidad se centra en otra o varias personas, en cómo nos traten éstas y en su bienestar, sin pensar en el nuestro.
Más consejos para evitar la dependencia emocional
-Debemos aprender a distinguir entre necesidad y afecto. Muchas veces nos dejamos llevar por los demás a causa del cariño que les tenemos, pero la realidad es que una verdadera relación de cariño no se basa en la necesidad, sino en el amor. Por eso es importante determinar hasta qué punto dependemos de un determinado vínculo personal.
-Para superar todo esto y ganar la independencia que nos hará sentir realizados debemos abandonar ciertos hábitos, como el de ceder siempre ante las insistencias de los demás. Si son de confianza, podemos hablar con ellos, explicarles cómo nos sentimos para poder cambiar la situación.
-En este proceso es fundamental que reservemos ratos de intimidad para nosotros. No es necesario que compartamos todo con nuestra familia, pareja o amigos; debemos buscar tiempo para nuestros hobbies, o simplemente para descansar en soledad y conocer mejor nuestro interior.


-No tratemos de ser perfectos, pues la perfección no existe y sólo lograremos frustrarnos. Seamos conscientes de que, hagamos lo que hagamos, siempre habrá alguien que desapruebe nuestra conducta; es imposible complacer a todo el mundo.
-En este proceso de autoconocimiento descubriremos cuáles son nuestros deseos y gustos. No los ignoremos; vayamos a por ellos. Hagamos aquello que siempre hemos querido, sin importarnos el qué dirán.
Una vez alcanzada esta independencia, es muy frecuente cometer el error de sustituir una dependencia por otra. Suele ocurrir, ya que no es fácil cambiar un hábito de vida tan arraigado como éste. Pero si sucumbimos a esta equivocación no habremos adelantado nada en nuestro propósito.
Unirse a alguien como fuente de dependencia lo único que hace es distraernos de nuestros problemas internos, que tenemos que afrontar con valentía para poder superarlos. Si es necesario, consulta a un profesional para poder vivir por fin con la independencia y seguridad que merecemos.