

La cinta de correr es uno de los aparatos básicos en un gimnasio, y uno de los más habituales en nuestros hogares. Y es que aunque sean muchos los que practican running al aire libre, lo cierto es que en ocasiones nos es más cómodo hacerlo desde casa, principalmente debido al mal tiempo en determinadas épocas del año.
De esta forma, vemos cómo la cinta de correr nos ofrece importantes ventajas y beneficios. Sin embargo, hay que usarla de la manera adecuada para evitar lesiones y otros problemas.
Consejos para correr en cinta
Te damos algunos consejos que te serán de gran utilidad si has decidido comenzar a usar esta herramienta.
Para empezar, tenemos que desmontar el falso mito que nos dice que correr en cinta es perjudicial. La realidad es que no implica mayores riesgos que hacerlo al aire libre, pues debemos tomar prácticamente las mismas precauciones y cuidados para no dañar nuestro cuerpo.
Eso sí, es imprescindible que la máquina que utilicemos sea de buena calidad.
Uno de los errores más comunes es elegir una indumentaria inapropiada. Que hagamos deporte desde casa no quiere decir que no debamos prepararnos bien; es decir, usando ropa transpirable y cómoda, que nos permita movernos con libertad, y zapatillas deportivas de mujer capaces de protegernos del impacto que produce cada paso en nuestras piernas.


Por otro lado, si no solemos correr en cinta, será mejor que comencemos poco a poco, probando con distintos ritmos e inclinaciones, adaptándonos lentamente a ellos para que los resultados sean efectivos y no suframos lesiones.
Se recomienda inclinar al menos un 1% la máquina para compensar la resistencia contra el aire que experimentamos en la calle; además, así reducimos el impacto articular.
Otro dato fundamental a tener en cuenta es la postura que adoptemos cuando estemos sobre la cinta. Lo adecuado es mantener la vista al frente, con la cabeza levantada y la espalda recta aunque relajada; de esta manera reforzamos los músculos abdominales.
Como hemos explicado anteriormente, este ejercicio aeróbico requiere un tiempo de adaptación, y por ello no debemos lanzarnos ciegamente a practicarlo sin hacer que nuestro cuerpo se acostumbre previamente.
Para ello empezaremos con sesiones de 15 minutos o media hora como máximo, a un ritmo lento. A las pocas semanas podemos ir aumentando progresivamente el tiempo y la velocidad.


Lo ideal es que realicemos de dos a tres sesiones por semana, dejando un día de descanso entre ellas.
Asimismo es importante que calentemos antes y después del entrenamiento mediante flexiones de piernas y estiramientos. También se aconseja comenzar la carrera andando a buen ritmo y finalizarla de la misma forma.
En todo caso, es muy recomendable informarse bien antes de iniciarse en esta actividad, teniendo en cuenta todas nuestras características físicas, pues el running se desaconseja para personas con determinados problemas de salud. Lo mejor sería consultarlo previamente con el médico.
¿Te animas a correr en cinta? si sigues todos estos consejos ya verás como notas sus efectos
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