

Si tienes que separarte de tu pareja y debes marcharte con tus hijos del hogar maternos, algunas de las siguientes reflexiones pueden serte útiles:
- Lo que piensan y sienten los hijos es importante, pero tú eres la base que sostendrá el futuro inmediato. Habla sinceramente con ellos y explícales la decisión que has tomado. Si puedes quedarte en el mismo centro educativo, mejor.
- En condiciones normales, en los que los motivos de la separación no tienen que ver con delitos o atentados contra la moral, siempre la custodia compartida es lo mejor para los hijos. Si se tiene la posibilidad, lo mejor es que los niños se queden en la casa y sean los padres quienes se vayan por temporadas. Así la estabilidad emocional de los niños tendrá más garantías y ambos progenitores tendrán derecho a utilizar los bienes e inmuebles que juntos han conseguido.
- Si tienes la custodia de los niños, lo mejor es que guardes todo tu orgullo. Eres tú quien se ha divorciado o separado de tu pareja, no tus hijos. Por tanto respeta su derecho a tener paz y sosiego y permíteles compartir todo lo posible con tu ex.
- Nunca des muestras de que tú lo harás mejor o caigas en competencias ridículas que te quitarán energías. No llenes la mente de los niños con tus ventajas sobre la otra persona, ello pueden percibir sin problema alguno el amor y el cariño de cada progenitor.
- Si tienes que mudarte de la ciudad en la que viven, permite a los niños estar los últimos días con tu ex. De esta forma podrán ponerse de acuerdo para verse y mantener el contacto. Libera tu corazón de odios y rencores y sencillamente vive y deja vivir.
- Los niños se sentirán extrañados los primeros días en un nuevo lugar. Eres adulta, tienes más facilidad para los cambios, ellos no. Dales un espacio de tiempo y dialoga mucho con ellos. Contesta todas sus preguntas y transmíteles esperanza (aunque la situación sea muy complicada)
- Por último: no malgastes dinero. Siempre las cosas más sencillas y útiles son las mejores. Ahorra para que puedas enfrentar cargas e imprevistos que por razones de tiempo, espacio o circunstancias legales no puedas compartir con tu ex.
La realidad es que pertenecemos a un estilo de sociedad idealizada donde los valores de la felicidad, honestidad, alegría y optimismo han ocasionado cambios profundos y han dejado viejas obligaciones sin sentido: “la familia puede separarse”, “la familia puede estar formada por dos personas del mismo sexo y sus hijos o ser monoparental”, “el divorcio no es el fin ” y “pocas familias rezan juntas…lo cual no es razón para su separación”.
La realidad es que en mi caso y después de pensarlo mucho mi ex me propuso la custodia compartida y creo que fue la mejor opción para mis hijos. Mi abogada Carmen Calderón además me hizo el proceso sencillo, también a mis hijos, es una profesional y una persona excelente. Y al final vivimos todos cerca para poder estar con nuestros hijos (juntos pero no revueltos)