Vivir con un animal de compañía puede ser una experiencia maravillosa, pero requiere una gran responsabilidad. Por ello, aquí presentamos algunas cuestiones que deberás considerar antes de tomar esta importante decisión:


• El tiempo: todo animal de compañía necesita que se dedique tiempo a sus cuidados. El dueño nunca puede descuidar su alimentación, cariño, ejercicio y educación. Las personas demasiado ocupadas deben olvidar la idea de adoptar un animal que necesite pasear.
• Los gastos: los costes de mantener un animal pueden ser muy elevados: alimentación, visitas periódicas al veterinario, vacunas, esterilización, licencias, etc. Antes de adquirir una mascota, debemos estar totalmente seguros de que podemos permitírnoslo económicamente.
• Vivienda: en algunas comunidades de vecinos no se permiten animales. Si este es tu caso, deberás ser responsable con las normas para evitar traer un animal a casa y tener que devolverlo al refugio días más tarde. No debemos olvidar que no son simples artículos de compraventa.
• Espacio: se dice que un animal grande no debe vivir en una casa pequeña, pero es una falsa creencia. Lo realmente fundamental es que el dueño se encargue de que el animal haga el ejercicio adecuado. De poco sirve que pase horas en el inmenso jardín de la vivienda si no puede disfrutar de largos paseos y nuevas experiencias. El aprisionamiento de un animal acarrea graves problemas de salud y de conducta de difícil solución.
• Hábitos de vida: los animales tienen distinta energía según su especie y raza. Por ejemplo, los terrier son muy activos, por lo que no son recomendables para personas que no soporten el ejercicio físico ni para gente mayor. Sin embargo, existen otras opciones: gatos, tortugas, perros de raza San Bernardo, etc. Una excelente alternativa para la gente de baja energía es adoptar un animal de edad avanzada. De esta forma no sólo encontrarías una mascota compatible con tu modo de vida, sino que regalarías un hogar a un animal que cuenta con pocas probabilidades de ser adoptado, ya que la gente suele preferir un animal joven.
• Preparación psicológica: tener una mascota puede acarrear problemas para los que el dueño debe estar preparado; desde posibles problemas con los vecinos más quisquillosos hasta emergencias médicas. Hay cosas que escapan de nuestras manos, como los accidentes o las enfermedades, y debemos saber asumirlas como algo inevitable.
• Información: informarse sobre la especie y la raza del animal que se desea adoptar ayuda notablemente a decidir el tipo de mascota nos conviene.
• Responsabilidad: la tenencia de una mascota requiere una enorme responsabilidad que el dueño debe tener presente en todo momento. Cuando adoptas un animal te comprometes a cuidarlo por el resto de su vida y a enfrentar todos los inconvenientes que pudieran surgir.
Si después de haber analizado con detenimiento todas estas cuestiones decides adoptar un animal, cuentas con una infinidad de opciones: perros, gatos, conejos, hurones… Incluso existen centros de adopción especializados en animales exóticos (tortugas, loros, serpientes, etc.). Una adopción es una acción solidaria y generosa que seguro que el animal sabrá recompensarte con su cariño.
Fuente Imagen por Rubí Flórez.