Pero lo que tenemos que tener claro es que no nos puede vencer el miedo a escena, tenemos que controlar esos nervios y por seguro que haremos una gran actuación.
Trucos para perder el miedo a hablar en público
¿Cómo? Pues hay varios trucos que nos pueden ayudar a disfrazar esa vergüenza (no se nos va a ir de un día para otro, eso está claro) y conseguir una presentación en público impecable.
Uno de los trucos más utilizados es ensayar frente al espejo lo que tenemos que decir las veces que hagan falta hasta que estemos seguros de que controlamos lo que vamos a decir. También ayuda decirlo frente a un público conocido (familia o amigos) y así saber su opinión respecto a nuestra actuación.
En el momento que estamos haciendo esta presentación en público, otro de los trucos para no distraerse es encontrar un punto fijo de referencia donde poder mirar siempre si nos envuelven los nervios. Y, muy importante, olvidarse del público asistente y centrarse en el proyecto o discurso.
En el caso de que nos olvidemos de algo o pase alguna incidencia imprevista, no tenemos que dejar que nos apoderen los nervios. Nos lo tenemos que tomar con naturalidad y hacer algún comentario sobre ello en tono de humor, para crear así un ambiente distendido y minimizar lo ocurrido, siempre funciona.
Por otro lado, tenemos que ver cuál es la posición en la que nos sentimos más cómodos. Si los nervios se van a notar en manifestaciones físicas como temblores de piernas o brazos, tenemos que evitarlo en la medida de lo posible. Es decir, en estos casos es mejor estar sentada, aunque sea en un taburete alto que de la sensación de estar medio de pie (tipo los monólogos) y así nos encontraremos más seguros y eso se notará en el transcurso de nuestra exposición.
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