Cómo ser proactivo y no reactivo

17 febrero 2012 | Por Raquel

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Los términos “proactivo” y “reactivo” no están aceptados todavía por la Real Academia Española, pero son muy utilizados actualmente, especialmente en el mundo laboral. Estos dos conceptos opuestos hacen referencia a las actitudes personales en cuanto a la iniciativa o pasividad que demostremos en distintas situaciones. Definimos a una persona proactiva como aquella que mantiene el control en los momentos difíciles y es capaz de reaccionar rápidamente ante las adversidades, mostrando una buena disposición a la hora de tomar decisiones y tratando de aprovechar las oportunidades que le ofrece el día a día. Sin embargo, una persona considerada reactiva tiende a sentir miedo ante los cambios y el descontrol, su carácter es más bien pesimista y busca la mayor estabilidad posible en su entorno. Para conseguir ser proactivos deberemos comenzar por cambiar determinados comportamientos que ya hemos adoptado como propios de nuestra personalidad, pero que, al contrario de lo que nos pueda parecer, somos capaces de cambiar. El primer paso consiste en mantener una visión positiva ante la vida, buscando el lado bueno de las cosas y creyendo en nosotros mismos. Sólo de esta forma podremos alcanzar nuestros objetivos a corto y largo plazo. La seguridad en uno mismo es fundamental para atrevernos a abandonar una actitud reactiva. Debemos desechar el miedo al fracaso y a las críticas y pensar que nuestras ideas pueden ser tan válidas como las de los demás. Puede que nos sintamos frustrados cuando no consigamos nuestros objetivos, pero es importante no rendirse ante las dificultades. Marcarse nuevas metas y tratar de superarse a uno mismo es fundamental. Otro punto a favor en este proceso es aprender a relegar responsabilidades en los demás; la confianza en uno mismo no es posible si no la tenemos en los otros. En definitiva, ser una persona proactiva no implica necesariamente tener un carácter extrovertido ni un liderazgo nato, sino la capacidad de crecer en nuestro desarrollo individual aprendiendo de nuestros errores y marcándonos nuevas metas, para poder así alcanzar el éxito. Fuente Imagen por Brand Management Conference – Lugano

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