

Leer correos electrónicos personales o visitar nuestro perfil en las redes sociales son un ejemplo de aquellas cosas que nos distraen de nuestras tareas y hacen que nuestro rendimiento laboral baje considerablemente.
Aprender a desempeñar nuestras labores de forma eficiente nos aportará numerosos beneficios, no sólo en el terreno laboral sino también en el personal, ya que si cumplimos con nuestros deberes durante el tiempo establecido para ello podremos disfrutar de más horas libres y de la satisfacción de haber cumplido con nuestras obligaciones diarias.
Aprovechar cada minuto del día de manera eficiente es posible si tenemos en cuenta una serie de pasos básicos a la hora de planificar nuestra jornada. Lo primero que deberemos hacer es realizar una lista de los objetivos que queremos cumplir a corto y largo plazo.
Para ello nos será muy útil anotar todas estas tareas en una agenda. Una vez hecho esto, deberemos dedicar unos minutos a decidir cuáles de ellas son las más urgentes, diferenciando éstas de los deberes que consideremos importantes y aquéllos que puedan esperar a ser realizados o que podamos delegar en los demás. De esta forma organizaremos todas las cuestiones según su nivel de importancia, estableciendo además el tiempo que creemos necesario emplear para cada una de ellas.
Esto puede parecernos una pérdida innecesaria de minutos al principio, pero a lo largo del día nos daremos cuenta de que un cuarto de hora dedicado a la planificación y priorización de tareas nos puede ahorrar hasta una hora de trabajo. Además al hacer esto evitaremos abarcar más actividades de las que podamos realizar y consiguiendo un mejor resultado final para cada una de ellas.
Otro sencillo consejo a tener en cuenta es mantener limpio y ordenado el lugar de trabajo, teniendo bien organizados y a mano todos los documentos y el material que vayamos a necesitar y archivando aquellos que no vayamos a utilizar en ese momento.
Además, hay que procurar no tener cerca cosas que nos distraigan y que puedan dificultar la concentración, y utilizar el ordenador sólo para trabajar; navegar por Internet, contestar correos electrónicos o visitar redes sociales puede llevarnos a perder mucho tiempo en caso de que lo hagamos continuamente.
También es importante aprender a decir que no y delegar responsabilidades en los demás, ya no sólo en el terreno laboral, sino en todos los aspectos de nuestra vida. Debemos evitar responsabilizarnos de actividades que no nos correspondan y de aquellas que no requieran de nuestra presencia. Así podremos concentrarnos en lo realmente importante.
Por último, es fundamental aprender a desconectar en caso de bloqueo o agotamiento mental y físico, ya que un pequeño descanso ayuda a mejorar la concentración y puede hacernos ganar tiempo al retomar nuestra tarea más relajados.