

Por este motivo, es muy importante observar cualquier cambio en la apariencia de las uñas. A continuación presentamos una lista de las razones más comunes de su deterioro para que puedas identificar si están sanas o no:
1. Uñas frágiles, quebradizas y blanquecinas: pueden indicar falta de proteínas, deshidratación y sequedad de las manos.
2. Uñas amarillentas: problemas circulatorios, manchas producidas por el tabaco o una alimentación inadecuada.
3. Uñas con estrías horizontales o verticales: falta de hierro y cinc en la dieta, mala circulación sanguínea y deshidratación.
4. Uñas opacas y sin brillo: déficit de calcio, sequedad.
5. Cutículas levantadas: falta de hidratación de la piel de las manos.
6. Uñas descoloridas: si se ven azuladas negras o amoratadas suelen indicar algún traumatismo consecuencia de un golpe; un tono rojizo puede señalar un problema de hipertensión.
7. Manchas blancas: déficit de hierro y zinc.
Para mantener tus uñas en buen estado, procura beber abundante agua, infusiones y zumos de frutas y sigue una dieta equilibrada rica en vitaminas A (calabaza, tomate, zanahoria), B (espinacas, nueces, levadura de cerveza, germen de trigo) y en alimentos ricos en hierro (lentejas, nueces) y cinc (apio, patatas).
Además de incorporar estos nutrientes en tu alimentación, notarás en pocos días un cambio en su aspecto si utilizas quitaesmaltes sin acetona, no cortas las cutículas (retíralas con ayuda de una crema especial y un palito de naranjo) y proteges tus manos con guantes cada vez que utilices productos químicos de limpieza.
Si prestando estos cuidados a tus uñas, éstas siguen apareciendo descoloridas, con manchas, quebradizas o con estrías, consulta con tu médico para descartar posibles problemas de salud como la anemia o la hipertensión.