Tras las copiosas comidas hechas sin desenfreno, las bebidas para los entrantes, los primeros, los segundos, los postres, y para la sobremesa, es posible que hayamos ganado unos 3 kilos de peso. Ahora llegan con las rebajas, los buenos deseos para el año que empieza y uno de estos es bajar esos molestos kilos.
Antes de comenzar a hacerse el planteamiento de adelgazar, podemos saber si hemos ganado peso al ponernos los vaqueros, si en los que nos quedan ceñidos y que normalmente nos ponemos sin problema, el botón no quiere ponerse en su sitio, en efecto hemos cogido algo de peso, no pensemos que el pantalón ha encogido, que seguramente no. Al pesarnos comprobaremos que ciertamente hemos engordado algo.
Cuando uno hace comidas de celebración y además tantos días seguidos, lo sencillo es que se gane peso, los platos suelen aumentarse a los normales y la ingesta de calorías es mayor por el uso indiscriminado de grasas, alcohol y azúcares. Tras pasar las fiestas, es bueno volver a una dieta equilibrada, intentando consumir más frutas y verdura que grasas, de este modo bajaremos también el colesterol y aportaremos vitaminas al cuerpo además de limpiar el intestino.
Preferentemente hay que evitar el consumo de azúcares, grasas, alimentos precocinados, los fritos y los rebozados. Los refrescos tienen muchas calorías, salvo los light, hay que tener cuidado con tomar demasiada cafeína. El alcohol también hay que evitarlo y lo mismo ocurre con los embutidos.
Para ponerse a dieta, si necesitamos de ella, será importante acudir a los especialistas, consultar con el médico de familia para que él nos ponga una dieta o si lo considera oportuno nos facilite una cita con el especialista endocrino. La salud no es un juego y si queremos sentirnos bien, comiendo adecuadamente, no debemos de hacer dietas fuera de control médico.
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