Cómo prepararse para una mamografía

3 diciembre 2013 | Por Raquel

Pocas personas no han oído hablar de la mamografía, una prueba muy común para el estudio de las mamas. Es fundamental para detectar el cáncer de mama y otras muchas patologías difíciles de localizar mediante otros métodos. Hoy en día, se considera una prueba necesaria en la vida de toda mujer. En esta ocasión, os aconsejamos sobre cómo prepararse para una mamografía desde nuestro blog de Mujer.

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Cómo prepararse para una mamografía

¿Qué saber sobre la mamografía?

Se puede decir que la mamografía es la representación radiográfica del tejido blando de la glándula mamaria, con lo que se obtiene información sobre su estructura, determinando un experto si ésta es normal o patológica. Se trata de una prueba sencilla que nos permite detectar el cáncer de mama en estado precoz (el 35% de los cánceres mamarios sólo se reflejan a través de este método), y otros problemas como la mastitis, abscesos, quistes o ganglios linfáticos. La mamografía es realizada por un técnico especializado en radiología. Consiste en posicionar la mama en una plataforma especial que la comprime y toma imágenes desde distintos ángulos. Durante la toma de estas imágenes, que sólo duran segundos, la paciente notará presión y deberá aguantar la respiración. No obstante, las molestias son mínimas.

Cómo prepararse para una mamografía

Puede que el técnico coloque adhesivos sobre los pezones y lunares de la paciente con el fin de que las imágenes obtenidas sean más claras. Éstas deben ser cuatro: una de cada mama comprimida de arriba abajo, y otra de cada mama comprimida de lado a lado. Sin embargo, si el especialista lo considera necesario, puede tomar imágenes desde otros ángulos. Las mismas serán analizadas en busca de posibles patologías.

Consejos de preparación para una mamografía

Aunque la mamografía es una de las pruebas médicas más eficaces y necesarias, muchas mujeres sienten miedo o pudor a la hora de enfrentarse a ella. Conocer cómo debemos prepararnos para realizárnosla nos ayudará, sin duda, a perder el temor. -Lo primero que debemos saber es que no sentiremos dolor, aunque sí algunas molestias durante la compresión de la mama. Pero hay que tener en cuenta que ésta sólo dura unos segundos, y que esos segundos pueden prevenir enfermedades tan graves como el cáncer. Esta compresión es absolutamente imprescindible, pues proporciona una mejor visualización del tejido mamario; y por supuesto, no daña la mama ni causa efectos secundarios. Para que estas molestias sean menores, conviene realizar esta prueba aproximadamente una semana después de terminar con la menstruación, ya que es en ese momento en el que las mamas están menos sensibles.

Cómo prepararse para una mamografía

Por otra parte, no requiere tomar ningún medicamento previo ni ir en ayunas, aunque sí se recomienda evitar el consumo de café, bebidas energéticas, chocolate y otros alimentos con cafeína durante las dos semanas previas a la cita. Esto ayudará a que las mamas no se encuentren demasiado sensibles en ese momento. En el caso de mujeres con mucha sensibilidad en la zona, es aconsejable tomar un analgésico 24 horas antes. -El uso de desodorante, crema, perfume, polvos de talco o cualquier tipo de loción sobre pechos y axilas dificulta enormemente el análisis de la prueba. Estas sustancias pueden quedar reflejadas en las imágenes y ser confundidas con manchas de calcio, además de interferir el resultado de otras múltiples formas. -Para mayor comodidad, es mejor llevar puesto un conjunto de dos piezas. Esto se debe a que la paciente debe quedarse desnuda de cintura para arriba y ponerse una bata de radiología. Si lleva un vestido deberá desnudarse casi por completo, lo que puede resultarle más incómodo. También se aconseja no llevar bisutería, pues debemos quitárnosla para que no interfieran en la radiación. -Si no es nuestra primera mamografía, podemos llevar informes antiguos para que el médico pueda comparar fácilmente los resultados. Además, debemos informarle sobre antecedentes personales y familiares, el uso de posibles tratamientos hormonales y la realización de cirugías previas.

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Muchas mujeres tienen dudas respecto a hacerse esa prueba durante el embarazo o el período de lactancia, pero lo cierto es que es totalmente segura y la dosis de radiación es mínima. El inconveniente es que las mamas son más densas durante estas etapas, y por tanto, los resultados de la prueba son menos fiables. Si éste es nuestro caso, debemos consultar al médico la posibilidad de posponerla o sustituirla por una ecografía de mamas. Al finalizar la prueba, el técnico no puede informarnos sobre los resultados, sino que debe enviar las imágenes obtenidas a un especialista que las analice detenidamente. Hay que preguntar cuándo podremos recoger los resultados, y no dar por hecho que todo va bien si el médico no se pone en contacto con nosotras los días posteriores. El proceso dura entre 15 y 30 minutos, no requiere ingreso y no tiene contraindicaciones. Desde luego, las molestias son mínimas si tenemos en cuenta sus múltiples ventajas. Se recomienda a todas las mujeres realizarse anualmente una mamografía a partir de los 40 años como medida preventiva. Fuente Imagen 2 por PNNL-Pacific Northwest National Laboratory

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