Levantarse a primera hora de la mañana obligados por el sonido del despertador, asumir nuevas responsabilidades y recuperar nuestros horarios rutinarios. En ocasiones, para nuestros hijos la vuelta al cole se hace cuesta arriba. Durante más de tres meses han permanecido alejados de todo tipo de responsabilidades y preocupaciones.
Ahora se verán en la obligación de regresar a las "buenas costumbres". Un reto con mayúsculas es lo que les espera a nuestros hijos al tener que enfrentarse a un nuevo curso, colmado de incertidumbres sobre qué es lo que les espera en el interior de su nueva clase. Todo ello por no hablar de que el esfuerzo a realizar será mucho mayor que el de años anteriores si quieren superar las nuevas pruebas que estarán presentes en su camino.
La curiosidad por saber cómo serán sus nuevos profesores y alumnos de clase, la tristeza por dejar atrás sus vacaciones de ensueño o las ganas por estrenar su nuevo material escolar son algunos de los sentimientos encontrados en su interior. Los padres tenemos la responsabilidad de ayudar a nuestros pequeños a sobrellevar estos momentos y así puedan entrar en su rutina, así como estabilizar su estado emocional.
Entre otras cosas, durante la etapa escolar hemos de procurar que nuestros pequeños duerman entre 10 y 11 horas, de forma que una vez lleguen a la pubertad con que duerman nueve horas es más que suficiente. El descanso permitirá a tus pequeños recuperar la energía necesaria para enfrentarse a los muchos retos del día siguiente en la escuela y para sus actividades extraescolares. Para conseguirlo hemos de procurar que se acuesten temprano.
No obstante, esta adaptación a los nuevos horarios escolares puede complicarse cuando nuestros niños tienen dificultades para contener las ganas de hacer pis durante la noche. La propia tensión por la cercanía del nuevo curso, puede contribuir a que los escapes nocturnos sean más frecuentes y que, por lo tanto, tu hijo no descanse el tiempo que debería para enfrentarse a un nuevo día de colegio. Esto último suele ser muy habitual en pequeños a partir de los tres años cuando ya han dejado el pañal. Aunque el porcentaje se reduce a medida que se va aumentando la edad, se siguen dando casos hasta los 15 años.
En el caso de que tu pequeño sufra incontinencia infantil, has de saber que no se trata de ningún problema grave, dado que se debe a un retraso en el proceso de maduración que se solventará con el paso del tiempo. Pero, para que esta complicación no suponga un obstáculo en la rutina de nuestros pequeños hemos de ponerle remedio. Recuerda que la falta de descanso se convierte en uno de los principales motivos de fracaso escolar.
Para las madres con hijos que presenten este problema queremos dirigir nuestro mensaje para acercaros una solución.Las braguitas y calzoncillos absorbentes DryNites® les ayudarán a mantenerse secos durante toda la noche, al mismo tiempo que ellos se sentirán de lo más cómodo como si llevaran ropa interior. Anímate y pide tu muestra gratis.
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